Los importantes retornos cosechados hasta el momento por la renta variable nipona y del Viejo Continente, contrastan con el comportamiento prácticamente plano (algo más destacado en el sector tecnológico) del mercado neoyorquino. Al mismo tiempo, mientras el sentimiento positivo europeo se extiende más allá de sus fronteras gracias a la debilidad del euro, su contrapartida, […]
Dirigentes Digital
| 13 abr 2015
Los importantes retornos cosechados hasta el momento por la renta variable nipona y del Viejo Continente, contrastan con el comportamiento prácticamente plano (algo más destacado en el sector tecnológico) del mercado neoyorquino. Al mismo tiempo, mientras el sentimiento positivo europeo se extiende más allá de sus fronteras gracias a la debilidad del euro, su contrapartida, la fortaleza del dólar, está provocando los inversores estadounidenses no se beneficien de la fuerte recuperación observada al otro lado del Atlántico.
De hecho, destaca Robeco Investment Solutions & Research, estamos ante el primer trimestre con una divergencia más fuerte a favor de Europa desde 1987. No obstante, consideran que el "retraso" que muestra Wall Street aún no debe ser motivo de preocupación.
"La Bolsa norteamericana se ha visto afectada por una serie de factores, además de la apreciación del ‘billete verde’, hablamos del desplome del petróleo, las altas valoraciones y la posibilidad de que la Fed suba los tipos de interés", explican estos expertos.
Los dos primeros elementos han traído consigo una rebaja en las previsiones de ganancias para las corporaciones estadounidenses y ahora el consenso prevé que el beneficio por acción (BPA) de 2015 aumente menos de un 2%. Un dato débil, pero que, matizan dichos analistas, debe ponerse en contexto, pues principalmente se asienta sobre las malas perspectivas del sector petrolero. Si se excluye esta industria, se espera que el BPA ascienda un 9% aproximadamente.
"En otras palabras, si nos centramos demasiado en la cifra general podemos llegar a la conclusión errónea de que Estados Unidos está cerca de experimentar una recesión en los ingresos y no es así", afirman.
En su opinión, si la renta variable subirá o bajará en los próximos meses dependerá de varias cuestiones, entre las que llaman la atención sobre dos: crecimiento y valoración. Sobre la primera, afirman que actualmente "no somos muy negativos. A corto plazo, dominará la caída del oro negro (especialmente en Reino Unido y Estados Unidos), pero a largo plazo es un elemento positivo para la mayor parte del mundo". Así, elevan las previsiones de PIB para la Zona Euro y destacan que el aumento del BPA esperado para el MSCI World en 2015 es del 3,5%, dato "mucho más realista de lo normal sobre esta época del año".
En lo que respecta a la valoración, reconocen que las acciones no son baratas. Según el ratio precio/beneficio ajustado al ciclo, cotizan cerca de 28 veces ganancias pasadas, "un nivel solo visto durante los ‘locos años 20’ y, más recientemente, en el periodo previo a la burbuja de Internet. Aunque esto indica que los valores estadounidenses son realmente caros, el nivel de sobrevaloración es mucho menos amenazante cuando nos fijamos en la media internacional. Pues tanto Europa como Japón tienen valoraciones más bajas".
Con todo, la amplia liquidez existente en el mercado, "las compañías apostando por la recompra de acciones y la búsqueda de rentabildiad como motor principal, las valoraciones no suponen un serio obstáculo para el mercado por ahora. Serán motivo de mayor volatilidad, ya que la renta variable se va volviendo más sensible a las posibles sorpresas en cuestión de beneficios". Tanto Momentum y "nuestros modelos cuantitativos confirman la opinión de que es probable que las Bolsas se muevan al alza en los próximos meses", concluyen.