La trampa de la deuda. El economista estadounidense Irving Fisher ya lo advirtió en la Gran Depresión, la crisis es consecuencia del estallido de la burbuja crediticia con laTeoría de la deflación de la deuda. Una reacción en cadena que comienza con un recorte gastos para pagar la deuda, que le sigue una contracción del […]
Dirigentes Digital
| 07 oct 2016
La trampa de la deuda. El economista estadounidense Irving Fisher ya lo advirtió en la Gran Depresión, la crisis es consecuencia del estallido de la burbuja crediticia con laTeoría de la deflación de la deuda. Una reacción en cadena que comienza con un recorte gastos para pagar la deuda, que le sigue una contracción del crédito y caída de la valoración de activos, que supone un impacto negativo en el patrimonio de las empresas hasta llevarlas a la quiebra. Esta situación desata el pesimismo y pérdida de confianza, con los inversores acumulando liquidez. La consecuencia es la caída en las tasas de interés nominales y un aumento en las tasas de interés reales ajustadas por la deflación, que hacen imposible pagar la deuda.
Paso a paso, la crisis financiera de 2008 ha evolucionado por los distintos estadios descritos por Fhiser, salvo la última fase. Los bancos centrales han dejado los tipos de interés cercanos (los de las economías desarrolladas) con unas políticas monetarias ultralaxas para estimular el crecimiento. De momento el riesgo de deflación parece controlado, la economía crece, a trompicones, pero crece y hay expectativas de subir el precio del dinero, por lo menos en Estados Unidos. Pero FMI no las tiene todo consigo y esta semana ha dado la matraca con el elevado endeudamiento de la economía, dejando un titular para la historia económica. La deuda mundial ha llegado a sus máximos en 152 billones de dólares.
La deuda se ha disparado principalmente en las economías avanzadas y en las emergentes. En las primeras, la deuda pública ha aumentado, en parte debido a la socialización de las deudas incobrables del sector privado a los balances del sector público y, en las segundas, la caída de los tipos ha provocado un sobreendeudamiento en países y empresas en dólares baratos.
"La preocupación por la deuda privada excesiva va más allá del riesgo de que pueda convertirse en deuda pública. El endeudamiento excesivo del sector privado está asociado con crisis financieras. Más aún, las recesiones financieras son más prolongadas y profundas que las recesiones normales. Implican mayores pérdidas del producto, y llevan a más personas al desempleo. A la larga, todo esto guarda relación con la deuda pública y los déficits", indicó Vitor Gaspar, director del Departamento de Finanzas Públicas del Fondo Monetario Internacional.
El FMI ha apuntado al riesgo de que algunas zonas caigan en deflación, mirando sobre todo para Europa. El organismo puso el acento en la debilidad del sector financiero, como uno de los "problemas subyacentes" de la situación de la deuda y clave para la estabilidad económica de los países. El FMI recomienda programas públicos para reducir la deuda privada y para acelerar el proceso de saneamiento de balances. La siguiente recomendación es aplicar políticas fiscales favorables al crecimiento para facilitar el ajuste en los países inmersos en un excesivo endeudamiento privado.
Pero han advertido que la política fiscal por sí sola no basta: debe contar con el apoyo de políticas complementarias, incluidas políticas monetarias y estructurales, implementadas dentro de marcos coherentes y creíbles para lograr el objetivo declarado.