El Banco Santander ha publicado su visión estratégica para 2015. En el informe, los expertos indican la situación divergente entre la Eurozona y Estados Unidos. Por ello la gestión activa y diversificada será la clave para obtener rentabilidad. Prevé una tendencia al alza en la curva del dólar, y una mayor volatilidad de las tensiones […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
El Banco Santander ha publicado su visión estratégica para 2015. En el informe, los expertos indican la situación divergente entre la Eurozona y Estados Unidos. Por ello la gestión activa y diversificada será la clave para obtener rentabilidad. Prevé una tendencia al alza en la curva del dólar, y una mayor volatilidad de las tensiones geopoliticas.
La Eurozona seguirá el modelo que implanta el Banco Central Europeo: Tipos mínimos y una gestión activa de la renta para intentar así aumentar su carry. Esto hará que la deuda española mantenga su valor relativo frente a la deuda "core".
El escenario en Eurozona obliga a mantener un claro apoyo del BCE, con tipos en mínimos y necesaria gestión activa de la renta fija para buscar ‘carry’, lo que soporta al crédito IG y mantiene el valor relativo de la deuda española frente a la deuda core. Las previsibles subidas de tipos en Estados Unidos a mediados de año aportarán algo de volatilidad a los plazos largos. En renta variable, la consolidación de la economía americana mantendrá al mercado aunque es en Europa donde se encuentra el mayor potencial, a expensas de la mejora de los beneficios empresariales. Emergentes y dólar son elementos que aportarán en la diversificación. Los expertos esperan para 2015 un ciclo económico algo menos dinámico.
Las economías recuperan cierto impulso, aunque menor del deseado para dejar atrás los temores de recaída y el miedo a una inflación demasiado baja. A pesar de que en los últimos meses se han sucedido las revisiones a la baja en las cifras de crecimiento, no hay que perder de vista que en 2015 el aumento del PIB será más elevado que este año en la práctica totalidad de los países desarrollados.
Ese escenario, aunque menos dinámico que el previsto anteriormente, y afectado por tensiones geoestratégicas como el conflicto en Ucrania, la tensión islamista o las incertidumbres de índole político, está liderado por la consolidación del crecimiento americano, y la esperada recuperación europea, toda vez que Reino unido se encuentra en una fase más avanzada del ciclo. En el mundo emergente, tras un menor impulso de Latam en el año que se cierra, en 2015 la región vuelve a recuperar cierto brío y retoma niveles algo más altos de crecimiento, aunque aún por debajo del potencial.
Especial énfasis en México, apoyado por la recuperación de EEUU. En Asia, China continúa con una leve desaceleración en su ritmo de crecimiento que le llevará a crecer ligeramente por debajo del 7%, confirmando el escenario de ‘soft landing’ derivado de las reformas estructurales de su economía.
Normalizaión en los tipos
Los grandes bancos Centrales llevarán a cabo actuaciones divergentes. Por un lado la Fed iniciará la normalización en tipos, mientras que BCE y BoJ siguen aplicando fuertes medidas de estímulo monetario.
La clara mejora de la economía americana, que se ha visto constatada en la fortaleza relativa del mercado laboral, ha permitido que la Reserva Federal haya dado por finalizado su programa de compra de activos y se plantee iniciar en 2015 la normalización de los niveles de tipos de los Fed funds, que llevan en el 0,25% desde diciembre de 2008.
La cuestión ya no es pues si se subirán o no tipos, sino cuándo y cuánto. No se sitúa la primer subida hasta mediados de 2015, pero las divergencias entre las estimaciones de los miembros de la Fed y las expectativas del mercado son significativas.
En Eurozona, el panorama es bien distinto. Con una economía menos dinámica y la amenaza de un 35% de probabilidades de deflación según el último informe del FMI, el BCE sigue empeñando su palabra en luchar por revitalizar el crédito en la región, y conseguir que la inflación repunte como reflejo de ello.
Tras situar los tipos en mínimos históricos del 0,05%, donde se mantendrán aún mucho tiempo, las medidas anunciadas de compra de ABS y covered bonds, así como las subastas dirigidas a crédito (TLTRO) pueden ser insuficientes, lo que haría muy probable el inicio de un QE real.