Diversificar activos y geografías es uno de los principios básicos de la inversión en los mercados financieros tanto para reducir los riesgos, como para mitigar las pérdidas y también para mejorar los retornos. Sin embargo, tal y como recuerda AllianzGI, “muchos inversores quedaron decepcionados por el comportamiento de estas estrategias” durante la crisis y, a […]
Dirigentes Digital
| 19 abr 2017
Diversificar activos y geografías es uno de los principios básicos de la inversión en los mercados financieros tanto para reducir los riesgos, como para mitigar las pérdidas y también para mejorar los retornos. Sin embargo, tal y como recuerda AllianzGI, “muchos inversores quedaron decepcionados por el comportamiento de estas estrategias” durante la crisis y, a pesar del tiempo transcurrido y de las duras lecciones aprendidas, ha sido difícil obtener alternativas. Nuevas soluciones, añaden, que son, de hecho, cada vez más urgentes, sobre todo ante la expectativa de una mayor volatilidad derivada del riesgo político y macroeconómico, y en un entorno de bajos tipos en el que cada vez es más complicado obtener rentabilidades. En este contexto, la firma cree que la “introducción de la asignación de activos dinámica puede ayudar a gestionar los riesgos al mismo tiempo que proporciona una nueva fuente de retornos más allá de la selección de valores y el asset allocation tradicional”. Se trata, explican, de “emplear un sofisticado proceso de inversión que identifica y responde a las tendencias entre las distintas clases de activos”. Y, añaden, muchos inversores han tratado de mejorar riesgo y beneficio con la adición de “multiactivos, pero corren el peligro de quedarse cortos, pues en lugar de diversificar verdaderamente, estas estrategias simplemente duplican en beta las exposiciones existentes en cartera”. Ahora bien, la asignación de activos dinámica “puede ayudar a evitar este problema” pues en su base encontramos la idea de que “los activos se mueven en tendencias” y existe una “fuerte investigación académica en torno a las estrategias basadas en estas y en el momentum, que explican su existencia, persistencia y reversión a través y dentro de los diferentes activos”. En concreto, esta operativa, detalla AllianzGI, se puede aplicar a través de varios enfoques, teniendo en cuenta necesidades, objetivos y limitaciones de la cartera, y que son: mejora de la beta dinámica (busca potenciar o reducir las correlaciones dependiendo asimismo de si el inversor busca reducir riesgo o ampliar ganancias); paridad dinámica del riesgo (divide la volatilidad a partes iguales entre las clases de activos elegidas); alfa dinámica (emplea futuros gestionados). Recientemente UBS detallaba como ingredientes para diversificar una amplia variedad de renta variable, bonos e inversiones alternativas para cosechar diferentes fuentes de rentabilidad, y para ayudar a proteger las carteras contra shocks en los mercados. “Si bien actualmente las inversiones alternativas son importantes y valiosas para los inversores, tampoco son una panacea, por lo que los inversores también deben ser creativos para poder generar con éxito rentabilidades más elevadas”, indicaban desde la firma. A grandes rasgos, consideran que este objetivo se puede alcanzar mezclando dos estrategias: incorporar una gama más amplia de activos en una cartera de largo plazo, y tornarse más oportunista. “La asignación a distintos activos suele crear una falsa percepción de diversificación. Por eso hay que ir más allá, buscar subsegmentos y evaluar el valor relativo, controlando duplicidades de riesgo”, insisten desde Amundi. “Los inversores deben revisar y ajustar dinámicamente su cartera, reducir los activos de riesgo con el transcurso del tiempo, realizar aportaciones periódicas y considerar el impacto de la inflación”, añaden también desde el IEB.