Las expectativas de una Fed más ‘dura’, que podría subir tipos hasta en tres ocasiones este año; y de un mayor apoyo fiscal e inversor por parte del Gobierno de Estados Unidos; han traído consigo una revisión al alza de las expectativas de rentabilidad de la deuda e inflación. Mientras, en Europa y Japón los […]
Dirigentes Digital
| 24 ene 2017
Las expectativas de una Fed más ‘dura’, que podría subir tipos hasta en tres ocasiones este año; y de un mayor apoyo fiscal e inversor por parte del Gobierno de Estados Unidos; han traído consigo una revisión al alza de las expectativas de rentabilidad de la deuda e inflación. Mientras, en Europa y Japón los bancos centrales se mantienen acomodaticios ‘limitando’ la escalada de las yields de los bonos soberanos. Un contexto, en el que las estrategias de dividendos se antojan clave para inversores y gestores a la caza de ‘rentas’. El IPC norteamericano superó en diciembre el 2% y, desde Capital Economics, esperan que repunte para finales de 2017 sobre el 3%, ante la aceleración salarial y del crecimiento del PIB. Mientras, todo parece apuntar a que en el Viejo Continente los precios se mantendrán contenidos, pero, tal y como indica Julius Baer, “lo que hará será no aportar deflación”, al tiempo que China “pasará a exportarla”. Al cierre de 2016, cerca de un 28% de la renta fija pública devengaba rendimientos negativos, la situación es más dramática en Europa y Japón. Pero, tal y como advierte, Allianz GI, “al tiempo que factorizamos el efecto de la inflación parece más claro que las rentabilidades nominales en otras partes no son suficientes para preservar el capital”. Por tanto, señalan, es comprensible que los dividendos “sean cada vez más vistos con renovado interés”, incluso por los más conservadores y acérrimos de la deuda, “a pesar de la volatilidad intrínseca a la inversión bursátil”. Y es que, detalla la firma, las empresas cuentan aún con un amplio margen para incrementar la retribución al accionista, pues cuentan con una gran cantidad de flujo de caja a su disposición. Asimismo, los mercados se están “preparando para la reflación (…) lo que debilita las perspectivas de renta fija frente a renta variable”. Al tiempo, que las valoraciones alcanzadas por las Bolsas sugieren que los dividendos aportarán una cuota significativa del rendimiento general de las acciones, y las perspectivas de beneficios son más positivas que negativas. Finalmente, concluyen, ante las turbulencias esperadas por el incremento del riesgo político, los dividendos pueden “desempeñar un papel de ‘ancla’”.