Los distintos ritmos de la recuperación económica a lo largo y ancho del planeta marcan las agendas y "pasos" de los bancos centrales que son, en primera y última instancia, el factor determinante en el comportamiento de las divisas para lo que queda de año (y seguramente más allá). Los tipos seguirán siendo muy bajos, […]
Dirigentes Digital
| 09 jul 2015
Los distintos ritmos de la recuperación económica a lo largo y ancho del planeta marcan las agendas y "pasos" de los bancos centrales que son, en primera y última instancia, el factor determinante en el comportamiento de las divisas para lo que queda de año (y seguramente más allá). Los tipos seguirán siendo muy bajos, o incluso negativos, para apoyar al crecimiento y seguirán presionando los ratios cambiarios.
La "guerra de divisas", que ha pasado a un segundo plano ante la irrupción de la crisis helena, "sigue siendo una característica de la política monetaria y los países que están significativamente expuestos al entorno de comercio global continuarán buscando la devaluación de sus monedas", subrayan desde ETF Securities.
Como resultado de esta tendencia, hemos asistido a un "desempeño relativamente pobre de las divisas ligadas a las materias primas y esperamos que este comportamiento continúe en el corto plazo", afirman estos expertos.
Por otra parte, aunque prevén que la agitación siga siendo una característica de este mercado, también se declaran optimistas "sobre el dólar en el medio plazo, a la espera de una política más restrictiva por parte de la Reserva Federal (Fed) a finales del tercer trimestre. Creemos que cualquier debilidad es una buena oportunidad para establecer posiciones largas".
Y es que, destacan, probablemente el euro y el yen sean las monedas más bajistas, ya que sus respectivas autoridades monetarias, el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Japón (BoJ por sus siglas en inglés), están comprometidas con programas agresivos de flexibilización cuantitativa (QE) y esto probablemente mantenga bajo presión a ambas divisas.
La tragedia griega
El aumento de las probabilidades de que Grecia abandone la unión monetaria es "inequívocamente negativo para el euro en el corto plazo", afirman tajantes los analistas de Barclays. Pues los mercados revaluarán "tanto la estabilidad dentro de la región como la perspectiva de acciones más agresivas por parte del . Por el contrario, añaden, esta situación podría fortalecer al yen. Por tanto, su recomendación es permanecer cortos tanto en los cruces euro/dólar como en euro/yen.
En este contexto, la firma ha tratado de identificar las divisas más susceptibles de beneficiarse (o sufrir) del aumento de la aversión al riesgo mediante su índice de riesgo compuesto. Así, señalan que las que mayor peligro tienen serían las monedas escandinavas (especialmente la corona noruega) y las ligadas a las commodities (dólar neozelandés y australiano, de hecho, reiteran su consejo de venta para esta último).
Al mismo tiempo, este análisis apoya su idea de que las divisas emergentes asiáticas deberían comportarse mejor que las de otras regiones, especialmente las de las regiones emergentes EMEA (Europa, Oriente Medio y África). Aconsejan largos en rupia india y advierten que el ringgit malasio quizá sea el más sensible al riesgo.
El renminbi chino ¿inmune a la volatilidad?
"Decir que ha habido mucha volatilidad últimamente es un eufemismo", ironizan desde Bank of America Merrill Lynch. "Ningún gran mercado ha sido inmune al giro en los datos económicos globales, la escalada de la crisis helena y las cambiantes expectativas en torno a la subida de tipos de la , reconocen para matizar: hay una excepción, el cruce dólar/renminbi chino.
Desde mediados de marzo, indican, se ha "atascado" en un rango del 0,2% y la volatilidad entre ambas monedas se ha reducido a su nivel más bajo en diez años. Tras abandonar la paridad con el dólar en 2005, sólo ha habido dos ocasiones en las que la volatilidad haya sido menor: 2008-2010 y 2013. Y este comportamiento contrasta además con las turbulencias de la Bolsa local.
El broker no cree que "esto sea sostenible, sobre todo si la corrección en la renta variable del gigante asiático continúa. Creemos que el mercado está infravalorando tanto la volatilidad como el riesgo a la baja tras la decisión del Fondo Monetario Internacional (FMI) de incluirlo entre sus divisas de reserva global", advierten.