El nuevo primer ministro griego, Alexis Tsipras, continúa con visitando diferentes países de Europa con el fin de llegar a un acuerdo para renegociar las condiciones de la deuda de Grecia. Durante este miércoles, Tsipras se ha reunido con el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz. Aunque no ha explicado el contenido de la reunión, […]
Dirigentes Digital
| 04 feb 2015
El nuevo primer ministro griego, Alexis Tsipras, continúa con visitando diferentes países de Europa con el fin de llegar a un acuerdo para renegociar las condiciones de la deuda de Grecia. Durante este miércoles, Tsipras se ha reunido con el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz. Aunque no ha explicado el contenido de la reunión, sí ha asegurado que se sentía "muy optimista".
Además de con Schulz, Tsipras también tenía en la agenda un encuentro con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y con el del Consejo Europeo, Donald Tusk. Tras la reunión, el líder de Tsipras ha explicado que su "objetivo es respetar la soberanía del pueblo en Grecia y el claro mandato de nuestros ciudadanos y al mismo tiempo respetamos las reglas de la UE. Queremos corregir este marco, no destruir este marco".
Aunque llegar a un acuerdo no será tan fácil. De momento, tal y como apunta Reuters, el Gobierno griego ha pedido a al Banco Central Europeo (BCE) que siga apoyando a sus bancos. El ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, que se ha reunido con Mario Draghi, sí es posible el apoyo del regulador monetario a corto plazo. En cambio, el organismo dirigido por Mario Draghi ya ha emitido un comunicado exigiendo a Grecia que cumpla con las condiciones establecidas en el rescate. En concreto, el banco central (que no cree que Grecia vaya a cumplir con las reglas del rescate ya existentes) ha levantado la exención de los requisitos mínimos de calificación crediticia, lo que obliga a Atenas a la refinanciación.
La propuesta griega
De momento, la postura de Grecia se ha suavizado y prácticamente descarta la opción de la quita de la deuda pública barajando una opción más flexible: canjear bonos por bonos ligados al crecimiento. Esta opción no es nada desdeñable teniendo en cuenta que los socios europeos poseen deuda griega por valor de 190.000 millones de euros. De esta forma, Grecia sólo pagaría si su PIB crece.