Draghi ha reiterado, atajando las dudas en torno a la duración del programa de compras masivas de deuda (QE), que se mantendrá como mínimo hasta septiembre de 2016, "y, en cualquier caso, hasta que veamos un ajuste sostenido de la trayectoria de la inflación que sea consistente con nuestro objetivo de lograr una inflación en un porcentaje por debajo […]
Dirigentes Digital
| 15 abr 2015
Draghi ha reiterado, atajando las dudas en torno a la duración del programa de compras masivas de deuda (QE), que se mantendrá como mínimo hasta septiembre de 2016, "y, en cualquier caso, hasta que veamos un ajuste sostenido de la trayectoria de la inflación que sea consistente con nuestro objetivo de lograr una inflación en un porcentaje por debajo o cercano al 2%".
En su opinión, "las preocupaciones sobre la implementación del programa son prematuras y no están apoyadas por ninguna evidencia hasta el momento". Es más, se ha mostrado "sorprendido" por las especulaciones de una "salida temprana" del BCE del QE.
De hecho, ha afirmado que las compras de activos "se desarrollan sin contratiempos, con volúmenes en línea con la cifra anunciada de 60.000 millones al mes. Además, existe una clara evidencia de que las medidas de política monetaria que hemos puesto en marcha son efectivas".
Así, ha señalado que "las condiciones del mercado financiero y el coste de financiación externa para el sector privado se han relajado considerablemente en los últimos meses, y las condiciones de financiación para empresas y familias han mejorado notablemente, con un repunte de la demanda de crédito".
Concretamente, ha destacado que "el PIB real de la Zona Euro creció un 0,3% en tasa intertrimestral durante el último trimestre de 2014. La demanda interna, especialmente el consumo privado, continúo siendo el principal motor de la recuperación en curso. Los últimos indicadores económicos, incluidos los datos hasta marzo, sugieren que la economía de la región ha ganado empuje (momentum) desde finales del año pasado".
De cara al futuro, "se espera que la recuperación se amplíe y fortalezca gradualmente. La demanda interna debe verse apoyada por la mejora continúa en las condiciones financieras, así como los progresos realizados en materia de consolidación fiscal y por las reformas estructurales. Por otra parte, los bajos precios del petróleo deberían seguir apoyando los ingresos de los hogares y la rentabilidad de las empresas y, por tanto, el consumo privado y la inversión. Además, las exportaciones se verán apoyadas por la mejora en la competitividad de los precios".
En conclusión, Draghi ha explicado que "aunque los riesgos para el crecimiento se mantienen a la baja, las perspectivas económicas se han vuelto más equilibradas gracias a las recientes decisiones de política monetaria, la caída del crudo y la depreciación del euro". Con todo, ha querido dejar claro que "la recuperación depende de la completa implementación" de las medidas del BCE.
España, una recuperación "incuestionable"
El presidente del BCE ha afirmado que "es incuestionable que la economía española ha está experimentando una recuperación", destacando la creación de 500.000 empleos desde finales de 2013.
Estos progresos, ha explicado, "han estado respaldados por las reformas que se han aplicado desde 2012". Sin embargo, ha añadido, "para mejorar las condiciones para la creación de puestos de trabajo y reducir la elevada dualidad del mercado laboral necesitamos más medidas", reforzar las políticas laborales.
Grecia, burbujas y tipo de cambio del euro
Sobre Grecia, Draghi ha reconocido que en esta reunión se ha "mencionado" las quitas a los colaterales helenos, pero no se ha "discutido" sobre ello. "Es un tema al que volveremos en el momento adecuado", ha declarado.
Preguntado por la posibilidad de que los bajos tipos de interés durante un periodo prolongado de tiempo afecten a la estabilidad financiera, el banquero italiano ha sido tajante: "No veo ninguna señal de burbuja", pero se sigue de cerca la evolución de los activos.
Finalmente, ha declarado que el tipo de cambio del euro no es un objetivo de la política monetaria del BCE, siendo el actual "resultado de diferentes políticas y ciclos económicos". Además, ha afirmado que no van a bajar la tasa de depósito.