El regulador de la política monetaria ha vuelto a reiterar su apuesta por la continuidad del euro como algo "irreversible". Además, Draghi ha admitido que el organismo puede volver a comprar deuda soberana como medida no convencional para potenciar el crecimiento de la zona euro. En un discurso pronunciado este lunes ante la comisión de […]
Dirigentes Digital
| 17 nov 2014
El regulador de la política monetaria ha vuelto a reiterar su apuesta por la continuidad del euro como algo "irreversible". Además, Draghi ha admitido que el organismo puede volver a comprar deuda soberana como medida no convencional para potenciar el crecimiento de la zona euro.
En un discurso pronunciado este lunes ante la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara, el ejecutivo italiano volvió a repetir las palabras que supusieron un antes y un después en la estabilidad del euro en el año 2012: "seguiré haciendo todo lo que sea necesario".
Draghi también ha señalado que estas medidas "podrían incluir cambios en el tamaño y composición de la hoja de balance del eurosistema, si éstas garantizan lograr la estabilidad de precios a medio plazo". En estos momentos, el BCE compra bonos europeos por 3.077 millones de euros como medida para estimular el crédito a empresas y hogares. En total, la suma invertida por el organismo asciende a 10.845 millones de euros.
Además, el Banco Central Europeo también está llevando a cabo un programa de compra de titulizaciones o ABS.
Los riesgos persisten
A pesar de todo, la insistencia de Draghi en que el BCE no puede arreglar los problemas estructurales de la eurozona continúa ya que ha asegurado que "2015 debe ser el año en el que todos los actores de la eurozona, gobiernos e instituciones europeas al mismo tiempo, desplieguen una estrategia común coherente para reactivar nuestras economías". Eso sí, Mario Draghi también ha indicado que los riesgos persisten "a la baja", en relación al bajo crecimiento de los países de la eurozona y a los riesgos geopolíticos.
De esta forma, se confirma la teoría del ejecutivo luxemburgués Yves Mersch, que aseguraba que el BCE consideraba nuevas medidas no convencionales. En un discurso, Mersch señaló que esas medida incluían, "en teoría, también la compra de bonos soberanos u otros activos como oro, acciones o todos cotizados".
Estas medidas se tomarían para combatir el largo de período de baja inflación que vive la eurozona.