La internacionalización de las empresas es un hecho que irrumpió con fuerza tras la crisis económica en España y desde entonces, la expansión foránea no ha cesado año tras año. Perder el asiento en el tren de la globalización tendría graves repercusiones para una economía en números rojos. En este contexto, el Gobierno puso en […]
Dirigentes Digital
| 03 may 2018
La internacionalización de las empresas es un hecho que irrumpió con fuerza tras la crisis económica en España y desde entonces, la expansión foránea no ha cesado año tras año. Perder el asiento en el tren de la globalización tendría graves repercusiones para una economía en números rojos. En este contexto, el Gobierno puso en marcha en 2011 el Fondo para la Internacionalización de la Empresa (FIEM), una herramienta pensada para proyectos exteriores y cuya batuta posee en exclusiva la Secretaría de Estado de Comercio, dependiente a su vez, del Ministerio de Economía. Aunque inicialmente solo tenían acceso a estas ayudas las grandes y medianas empresas, aquellas con menos de 50 asalariados han podido hacerse hueco y desde el pasado mes de septiembre cuentan con una línea específica para pymes. De hecho, en tan solo tres meses este segmento se benefició de tres de las nueve operaciones de crédito que se ejecutaron en total a lo largo de 2017 por un importe inferior al millón de euros en cada caso. En un comunicado, el organismo asegura que ejecutó un total de nueve operaciones a lo largo de 2017 cuyo montante ascendió a 185 millones de euros, sumando desde su creación operaciones por valor de 1.563 millones, entre los que se incluyen proyectos exportadores y de inversión por 3.230 millones. Respecto a su naturaleza, la Memoria del fondo elaborada por la Secretaría de Estado de Comercio, arroja que dos de las citadas nueve operaciones se llevaron a cabo en términos comerciales por valor de 70,84 millones, mientras que la cantidad restante se reparte en siete transacciones de crédito. De ésta, cuatro fueron en condiciones comerciales para operaciones de inversión (77,45 millones), otro para una actividad de exportación (2,06 millones) y dos en condiciones concesionales por 34,51 millones. Energía renovables, tecnologías de la información y comunicación, así como aguas y bienes de equipo son los principales sectores que reclutan dicha financiación, unos mercados con alto valor añadido y donde las empresa españolas cuentan con un “alto grado de competitividad a nivel internacional”, precisan desde el organismo encabezado por María Luisa Poncela. Precisamente, la mayor operación aprobada en 2017, un crédito de 80 millones de euros bajo la modalidad de ‘con garantías de proyecto’, ha sido destinada a un parque eólico en México. Con un 61% del total de iniciativas el año pasado y más de un tercio del total a lo largo de estos siete años, el continente americano se ha convertido en el principal reclutador de esta financiación.