El próximo 4 de noviembre, el Partido Republicano y el Partido Demócrata se juegan el control de la Cámara de Representantes. Para los demócratas puede ser un día clave ya que, si pierden, su capacidad para promover leyes quedaría prácticamente invalidad ya que tampoco tienen mayoría en el Senado. Los republicanos parten con ventaja, según […]
Dirigentes Digital
| 27 oct 2014
El próximo 4 de noviembre, el Partido Republicano y el Partido Demócrata se juegan el control de la Cámara de Representantes. Para los demócratas puede ser un día clave ya que, si pierden, su capacidad para promover leyes quedaría prácticamente invalidad ya que tampoco tienen mayoría en el Senado.
Los republicanos parten con ventaja, según las últimas encuestas, en su carrera hacia la Cámara. Detrás de esa ventaja se esconden cifras multimillonarias ya que es el partido que más ha gastado en promocionarse. En concreto, y a través de los grupos de acción política conocidos como PACs, el partido desembolsará 1.920 millones de dólares, según el Centro para la Política Responsable, una plataforma que pretende dotar de transparencia a las elecciones. En el caso del Partido Demócrata, el gasto asciende hasta los 1.760 millones de dólares.
Los PAC, que se encargar de recoger las donaciones de simpatizantes, tienen un límite de contribución que no puede superar los 2.500 dólares. Para contrarrestarlo, se crearon los SuperPac, organizaciones que recaudan fondos sin límite de financiación.
En las elecciones de medio mandato celebradas en 2010, el gasto llegó hasta los 3.600 millones de dólares, por lo que esta campaña empleará 333 millones de dólares más. Aunque esta cifra, fijada el 31 de agosto, podría incrementarse tras la revisión que el Comité hará la próxima semana.
Si desgranamos esos datos, se espera que el día de las elecciones, los demócratas gasten 426 millones de dólares mientras que el gasto de los republicanos será de 591 millones de dólares.
¿Quién financia las campañas?
Detrás de esas cifras millonarias se esconden nombre de grandes multinacionales. Las principales compañías del país pretenden "ganarse" un puesto en la política de Washington, donde se mueven los hilos para crear o tumbar las leyes que más impacto tendrán en sus cuentas de resultados.
Por ejemplo, el sector financiero, asegurador e hipotecario ha aportado más de 60 millones de dólares a la campaña. Nombres como Bank of America, JP Morgan o Wells Fargo están detrás de las donaciones.
Otra compañía que también ha contribuido es Google. El gigante tecnológico se juega mucho en leyes que regulen el espionaje o la fiscalidad, por lo que no ha perdido la oportunidad de apoyar la campaña.