Se ha convertido en algo más común de lo que se cree que organizaciones desalmadas traten de aprovecharse de la desesperación de los desempleados. Ocurre también que en casos de necesidad, las personas están dispuestas a transigir con condiciones que en otra situación no permitirían. Sucede en el caso de los desempleados, que sufren la […]
Dirigentes Digital
| 07 feb 2018
Se ha convertido en algo más común de lo que se cree que organizaciones desalmadas traten de aprovecharse de la desesperación de los desempleados. Ocurre también que en casos de necesidad, las personas están dispuestas a transigir con condiciones que en otra situación no permitirían. Sucede en el caso de los desempleados, que sufren la tentación de pagar un precio con tal de asegurarse un trabajo. En concreto, el 12,4% de los desempleados españoles han pagado o estarían dispuestos a pagar para asegurarse un empleo. Son datos que presenta la empresa de recursos humanos Adecco, que demuestran hasta qué punto existen individuos que pueden revertir la desgracia de los parados en su propio beneficio. Las ofertas fraudulentas de trabajo no son una novedad. Se extendieron con la llegada de la crisis, conforme explican desde Adecco a Dirigentes: “Este tipo de delitos surgen principalmente con la llegada y transcurso de la crisis económica”. Se trata del campo de cultivo perfecto que hace aflorar todo tipo de fraudes. “Una elevada tasa de paro, así como una mayor necesidad por parte de los desempleados facilitaron en su momento el crecimiento de este tipo de ofertas”, afirman desde Adecco, aunque no se trata de una tendencia que se haya reducido, sino que se mantiene consolidada en la actualidad. De hecho, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) ha denunciado recientemente una campaña de correos fraudulentos. La promesa es tentadora: entre 2.500 y 5.000 euros al mes, con un trabajo a distancia. En el propio asunto del mensaje se argumenta “La crisis ha acabado, trabajen con nosotros”, las palabras que todo desempleado busca. El inconveniente es que es una estafa. Tan solo busca el click en el enlace que lleva a un formulario donde rellenar los datos. La información de quien pulse en el enlace y preste sus datos acaba almacenada en servidores controlados por ciberdelincuentes. Conforme a la empresa que realiza el estudio, “pasada la crisis, o al menos la parte más dura, estas ofertas fraudulentas bien podrían haberse reducido, pero lo cierto es que siguen presentes”. Existe una necesidad y un público dispuesto a realizar sacrificios por conseguir un trabajo: “la necesidad económica y de desarrollo profesional de los desempleados puede contribuir en cierto modo a aceptar o mostrar interés por ofertas de empleo que generan desconfianza”. Existen diversas modalidades de estafa, desde las que buscan comerciar con los datos de los interesados, hasta las que piden dinero. El informe revela cómo el 20,2% de los desempleados ha recibido ofertas laborales fraudulentas en las que se pedía el pago de dinero para acceder al empleo. No todas prometen el empleo. Algunas hablan de cursos de formación a precios altos que lo único que buscan es vaciar el bolsillo del parado.