¿Qué empresa, que esté pagando al menos 5.000 euros al mes de consumo energético, se opondría a ahorrarse 1.250 euros mensuales en luz y gas? ¿Qué director financiero en sus cabales cerraría las puertas a un consultor de una firma que, como Proenergía le puede proponer un consumo más racional y una rebaja de sus tarifas, […]
Dirigentes Digital
| 11 nov 2014
¿Qué empresa, que esté pagando al menos 5.000 euros al mes de consumo energético, se opondría a ahorrarse 1.250 euros mensuales en luz y gas? ¿Qué director financiero en sus cabales cerraría las puertas a un consultor de una firma que, como Proenergía le puede proponer un consumo más racional y una rebaja de sus tarifas, aplicando criterios de eficiencia? ¿Cómo negarse a evitar recargos innecesarios y penalizaciones por consumos inapropiados que podrían impedirse con un consumo más racional de la energía? "Aún así, todavía no nos hemos encontrado ninguna empresa que no nos haya asegurado, antes de empezar a trabajar con ella, que tiene sus particularidades, y que si su consumo de energía es el que es, ‘por algo será", explica Esteban Cuevas, director general de Proenergía, una consultoría energética que analiza la contratación de luz y/o gas de una empresa, monitoriza su consumo para controlar posibles mejoras y lo audita para conseguir un ahorro de hasta el 25%, mínimo, un 10%, en su factura mensual.
"El caso es que muchas veces es posible cambiar simplemente una pequeña variable para lograr un gran ahorro", comenta este experimentado consultor, no en vano, Proenergía lleva 21 años en el mercado, quien explica que uno de sus clientes, "que fabricaba patatas fritas, antes de cortarlas y freírlas las lavaba a una hora que no era precisamente la más adecuada por la tarifa contratada con su compañía suministradora. Variar estos hábitos supone a veces un beneficio inesperado, pero relativamente importante, porque la eficiencia está muchas veces en los pequeños detalles".
Proenergía trabaja solamente con aquellas empresas cuyo consumo energético (principalmente luz y gas) alcanza al menos los 5.000 euros mensuales, para evitar que, en desembolsos menores la cantidad ahorrada sirva, como en el chiste, para pagar al consultor que ha conseguido abaratar la factura. "El gasto energético sobre el que trabajemos ha de ser lo suficientemente atractivo como para que ambas partes estemos satisfechas y obtengamos rentabilidad de nuestra colaboración", señala Esteban Cuevas, quien aclara que su tarifa media está entre los 100 y los 150 euros mensuales. "Por lo que si hablamos, por ejemplo, de una empresa fabricante, con un gasto que ronde los 6.000 euros mensuales, ese 10% de ahorro mínimo que va a notar en su factura energética supone 600 euros de beneficio, lo cual le compensa aun habiendo satisfecho nuestros honorarios". De todos modos, Proenergía lleva a gala el que ofrece a todos sus clientes una garantía: la devolución de la cuota pagada si no se consigue el ahorro estipulado. "Algo que hasta la fecha no ha sucedido, y llevamos más de 3.000 informes presentados, porque una vez que las grandes compañías suministradoras saben que están monitorizadas, no se producen irregularidades ni se cometen errores".
Convertirse en franquiciado de esta enseña, que lleva algo menos de un año concediendo a terceros la oportunidad de trabajar bajo su saber hacer (en la actualidad tiene ya presencia en Murcia, Valencia, Alicante, Bilbao y Santander), requiere de un cierto perfil técnico, para que el emprendedor maneje con soltura los datos energéticos de las empresas a las que va conseguir estos ahorros. La inversión necesaria es de 6.000 euros de canon de entrada, puesto que se trata de una franquicia que no requiere local comercial. Este canon de entrada da pie a una semana de formación, tanto técnica como comercial, y al desplazamiento de un equipo de la central al área de exclusividad del nuevo franquiciado, "para acompañarle a las reuniones con los primeros clientes. Le ponemos como deberes el que concierte él dichas reuniones, pero le ayudamos a firmar los primeros contratos". Se trata de franquicias casi uniprovinciales, salvo para las grandes ciudades. "Siempre que el franquiciado mantenga unos objetivos razonables, esto es, al menos dos clientes al mes, respetamos su exclusividad provincial. Este es un negocio con un enorme futuro; máxime ahora, que ya no existen tantas trabas para cambiar de una compañía a otra".