Durante el primer semestre del año, los hogares españoles han aumentado en 64.849 millones de euros su saldo de activos financieros, lo que supone un incremento del 3,1% con respecto a diciembre de 2016. Por tipo de activo, las Instituciones de Inversión Colectiva (Fondos y Sociedades de Inversión e IIC extranjeras) lideran el incremento del […]
Dirigentes Digital
| 19 oct 2017
Durante el primer semestre del año, los hogares españoles han aumentado en 64.849 millones de euros su saldo de activos financieros, lo que supone un incremento del 3,1% con respecto a diciembre de 2016. Por tipo de activo, las Instituciones de Inversión Colectiva (Fondos y Sociedades de Inversión e IIC extranjeras) lideran el incremento del saldo de activos financieros, con un incremento en 2017 del 8,6%. De esta forma, las IIC continúan incrementando su ponderación en el ahorro total de las familias españolas, y ya suponen el 14,1% del total, superando su nivel histórico anterior a la crisis financiera. Durante 2017, la apreciación de los activos de los hogares por efecto mercado ha contribuido en un 47% al crecimiento total del saldo de los activos financieros, mientras que el 53% restante correspondió a las adquisiciones por parte de las familias. La adquisición neta de activos financieros intensificó el dinamismo mostrado en trimestres anteriores y alcanzó lo 23.077 millones de euros en el segundo trimestre, acumulando 34.196 millones en la primera mitad de 2017. De ellos, casi 6 de cada 10 euros correspondieron a suscripciones netas en Fondos y Sociedades de Inversión, liderando un trimestre más las preferencias de inversión de los hogares españoles. En el segundo trimestre de 2017, las familias españolas redujeron sus pasivos financieros hasta el 68,2% del PIB nacional, lo que unido al incremento de los activos impulsó la riqueza financiera neta de los hogares hasta los 1,37 billones de euros, nuevo máximo histórico, y significativamente superior a los niveles previos a la crisis, frente a la drástica reducción que ha experimentado la riqueza inmobiliaria, que ha caído desde el 585% del PIB de septiembre de 2007 hasta el 420% del PIB diez años después.