EEn concreto, se esperaba que la autoridad monetaria británica recortara los tipos de interés hasta el 0,25%, después de rebajar las exigencias de capital a la banca británica en 5.700 millones de libras, elevando la capacidad para prestar de las entidades a hogares y empresas por encima de los 150.000 millones de libras. Sin embargo, por 8 votos frente […]
Dirigentes Digital
| 14 jul 2016
EEn concreto, se esperaba que la autoridad monetaria británica recortara los tipos de interés hasta el 0,25%, después de rebajar las exigencias de capital a la banca británica en 5.700 millones de libras, elevando la capacidad para prestar de las entidades a hogares y empresas por encima de los 150.000 millones de libras. Sin embargo, por 8 votos frente a 1, el banco central deja su política sin cambios, sin embargo, el comunicado "la mayor parte de los miembros del Comité esperan una mayor flexibilización en agosto".
Tal y como recuerda Chris Williamson, economista jefe de Markit, la desaceleración de la economía ya es lo suficientemente grave como para plantear estímulos ya. De hecho, este experto apunta: "Los políticos necesitan hacer mucho más para apuntalar la confianza y mantener los engranajes de la economía en su sitio en los próximos meses". Así, señala que en el periodo previo al próximo encuentro el foco cambia "al nuevo Gobierno y sus planes de apoyo fiscal".
Es más, había expertos que no descartaban una reducción hasta el 0% e incluso quien apostaba por reiniciar su programa de compra de activos (QE), en stand by, desde que se aumentará en 50.000 millones hasta los 375.000 millones totales en julio de 2012. Con todo, recordaban que quizá habría que esperar al próximo mes, cuando el encuentro del BoE coincide con la publicación del informe trimestral de inflación.
El banco central ha dejado claro que sacará todas sus armas para respaldar el crecimiento, pero la idea generalizada, no obstante, es que apenas se limitará a amortiguar el impacto económico, y no es poco. Recordemos que las principales investigaciones apuntan a que el resultado de la consulta le costaría al PIB británico entre el 2,5% y el 9% para el período comprendido hasta 2030.
Charles McKenzie, responsable del área de renta fija de Fidelity International, apuntaba que el Banco de Inglaterra "probablemente se centre en el plano del crecimiento, no variando los tipos bajos o recortándolos aún más. Eso debería mantener estable el extremo corto de la curva británica. Sin embargo, el temor a una subida de la inflación podría tirar al alza de la deuda pública a más largo plazo y elevar las curvas".
Por su parte, Andrew Belshaw, responsable de inversiones de Western Asset, filial de Legg Mason, apostaba por una reducción del precio del dinero, "no sólo para brindar estabilidad a los mercados financieros sino también para reforzar la confianza en la economía en su conjunto. A corto plazo, esto debería tirar a la baja de los rendimientos del Gilt, si bien a medio plazo esta curva de rendimientos se inclinará, ya que la prima de riesgo sube ante la continuidad del riesgo de inflación y de fuga de capitales".
Desde Daiwa Capital Markets creen que, en cualquier caso, "la recesión será inevitable". "La estanflación podría ser la nueva realidad del Reino Unido en los próximos años", apunta ETF Securities.
Mientras, Julius Baer considera que el crecimiento desaparecerá en la segunda mitad del año, "ya que la incertidumbre pesará en gran medida en las inversiones y la contratación". Así, mantienen su previsión de un repunte del PIB del 1,4% para 2016, pero para 2016 esperan un incremento del 0,7%, en lugar del 1,7% previo. La inflación, estiman, se mantendrá "dentro de los límites": 0,6% y 1,7%, respectivamente.