El Banco de Japón (BoJ) ha mantenido casi por unanimidad su política monetaria sin cambios después de la primera reunión de su nuevo comité. Desde que se unió en el verano de 2017, Goushi Kataoka ha sido el único oponente. Continua enfatizando la necesidad de introducir nuevas medidas de relajación (objetivo de rentabilidad más allá […]
Dirigentes Digital
| 04 may 2018
El Banco de Japón (BoJ) ha mantenido casi por unanimidad su política monetaria sin cambios después de la primera reunión de su nuevo comité. Desde que se unió en el verano de 2017, Goushi Kataoka ha sido el único oponente. Continua enfatizando la necesidad de introducir nuevas medidas de relajación (objetivo de rentabilidad más allá del bono a 10 años), dados los factores de riesgo susceptibles de producirse durante el año fiscal 2020, como los efectos de la segunda subida de tipo del IVA (prevista para octubre de 2019) y/o de un posible cambio de la actividad económica en Estados Unidos. El nuevo gobernador adjunto Masazumi Wakatabe, un gran defensor de la reflación y amplificación de las medidas expansivas, votó a favor del status quo. El BoJ, sin embargo, se muestra un poco menos optimista sobre la trayectoria de la inflación que en sus anteriores proyecciones presentadas el pasado enero. De acuerdo con el nuevo informe trimestral, la inflación “sigue mostrando signos de debilidad”, mientras que “las expectativas a medio y largo plazo se han mantenido más o menos sin cambios durante el período reciente”. Como resultado, el BoJ revisó ligeramente a la baja sus previsiones de inflación (excluyendo alimentación) para el año fiscal 2018 (de 1.4% a 1.3%). Las proyecciones permanecen por el momento sin cambios para 2019 (en 1.8%). Finalmente, el BoJ también presentó las previsiones para el año fiscal 2020. Estas sugieren que la inflación continuará moviéndose por debajo del objetivo del 2% durante este período (al 1,8%). Al mismo tiempo, el BoJ ya no menciona la fecha de consecución del objetivo de inflación. Después de varios aplazamientos, el BoJ apuntó tras la reunión de julio de 2017 la fecha de final del año fiscal 2019, es decir, en el primer trimestre de 2020. El gobernador Kuroda ha negado cualquier cambio en el calendario, insistiendo que “la perspectiva no ha cambiado” y que “la posibilidad de que la inflación converja alrededor del 2% en 2019-2020 es alta”. Por otro lado, creemos que el ritmo de convergencia de la inflación hacia el objetivo parece estar debilitándose. La inflación se moderó en marzo y los primeros indicadores de precios de Tokio del mes de abril confirman la tendencia. En consecuencia, es probable que el objetivo del BoJ sea evitar posibles nuevos aplazamientos y, por lo tanto, reducir las expectativas de los mercados en favor de una amplificación del sistema monetario actual.