Golpe en la mesa de Mario Draghi. El presidente del BCE ha querido despejar las dudas que en las últimas semanas habían surgido sobre su liderazgo, ante un Consejo muy dividido sobre el futuro de la política monetaria. Más allá de la decisión de dejar los tipos de interés en mínimos del 0,05%, toda la […]
Dirigentes Digital
| 06 nov 2014
Golpe en la mesa de Mario Draghi. El presidente del BCE ha querido despejar las dudas que en las últimas semanas habían surgido sobre su liderazgo, ante un Consejo muy dividido sobre el futuro de la política monetaria. Más allá de la decisión de dejar los tipos de interés en mínimos del 0,05%, toda la atención se centraba hoy en el discurso del funcionario. Y sus palabras han estado más que medidas.
Draghi ha insistido en uno de los mensajes que más división ha causado entre los miembros del organismo desde su último encuentro. Asegura que prolongará las compras de activos hasta junio de 2016, lo que elevará el balance del BCE hasta niveles de marzo de 2012, en la primera subasta de liquidez a largo plazo (LTRO). Lo más importante no parece la medida en sí, que ya había sido adelantada, sino el hecho de que la decisión haya sido aprobada por todo el Consejo de Gobierno en su conjunto.
El otro mensaje clave de su discurso es la decisión de "hacer todo lo necesario para garantizar la preparación de más medidas adicionales en caso de que sean necesarias". Es decir, si la baja inflación o el lento ritmo de crecimiento impiden que las medidas actuales se queden en nada, el organismo pondrá en marcha nuevos planes para estimular la economía. Tal vez el esperado quantitative easing (QE).
En este sentido, la próxima cita clave será el próximo mes de diciembre, cuando la institución monetaria presente sus previsiones económicas trimestrales, y muy probablemente se vea obligada a rebajarlas tras proyectar en septiembre un crecimiento del 0,9% para 2014 y del 1,6% para 2015.
Draghi ha aprovechado su intervención para volver a repetir las advertencias a aquellos países que deben esforzarse más y los avisos a aquellos que tienen superávit fiscal para que implementen medidas que ayuden indirectamente. Los expertos de Bankinter consideraban, en este escenario, que el presidente del banco central seguirá siendo "tibio e insuficiente en sus acciones", pero con la retórica suficiente para conseguir movimientos a corto plazo de mercado.