La recuperación de la región "va a continuar", pero probablemente pierda momentum ante la debilidad de las exportaciones y teniendo en cuenta que "la incertidumbre que rodea a los mercados emergentes pesa sobre las perspectivas", ha reconocido el banquero italiano. Así, ha reiterado que los riesgos para las previsiones se mantienen a la baja. En […]
Dirigentes Digital
| 22 oct 2015
La recuperación de la región "va a continuar", pero probablemente pierda momentum ante la debilidad de las exportaciones y teniendo en cuenta que "la incertidumbre que rodea a los mercados emergentes pesa sobre las perspectivas", ha reconocido el banquero italiano. Así, ha reiterado que los riesgos para las previsiones se mantienen a la baja.
En este contexto, Draghi ha abierto las puertas a más flexibilización monetaria al declarar que "revisará en diciembre" el grado de acomodación de sus políticas, cuando tengan sobre la mesa las nuevas estimaciones (que se espera incluyan un importante recorte de las de inflación). Asimismo, ha reiterado que el BCE "está dispuesto a actuar usando todas las herramientas disponibles" para respaldar la economía.
Por otra parte, ha recordado que su programa de compras de deuda (QE) ofrece una "flexibilidad suficiente a la hora de ajustar tanto su tamaño, como su composición y su duración". De hecho, ha apuntado directamente a que su extensión es hasta septiembre de 2016, "o más allá en caso de que sea necesario o hasta que veamos un ajuste sostenido en la senda de la inflación compatible con el objetivo de medio plazo del 2%".
Y es que el panorama de los precios es "menos optimista", ha reconocido, aunque deberían repuntar con el suelo del petróleo. Mientras, la inflación subyacente se encuentra "más o menos estable".
No contento con esto, el presidente del BCE ha reconocido que en la reunión se ha hablado tanto de la posibilidad de un nuevo recorte de los tipos de interés, como de una rebaja en el tipo de depósito, actualmente en el -0,2%.
Así, aunque, en sus propias palabras, "el tipo de cambio no es un objetivo de la política monetaria", aunque sí un "componente importante para la estabilidad de precios y el crecimiento", el euro se ha ido a los 1,11 dólares. Al mismo tiempo, las Bolsas se han disparado al alza y las rentabilidades de la deuda se han ido de nuevo a mínimos.
Pues el mercado, al igual que el estratega jefe de divisas de Saxo Bank, John J. Hardy, ha interpretado que "Draghi está preparando un mayor bazuca para diciembre". Y es que, tal y como describe el estratega de Citi en España, José Luis Martínez Campuzano, parece que la situación actual del BCE no es tanto del gastado ya "esperar y ver" acontecimientos, como de "trabajar y valorar".
Para Luke Bartholomew, gestor de inversiones en Aberdeen Asset Management, "el discurso de hoy ha fijado el tono de lo que está por venir. Draghi ha abierto la puerta a una mayor reducción de los tipos de interés y claramente ha dado a entender que el QE se extenderá y ampliará. Ampliarse dado que el problema podría ser que eventualmente se encontrasen con una escasez de bonos alemanes para comprar por lo que tendrían que aumentar el abanico de activos posibles para adquirir. Pero, todo esto es futuro. La retórica del BCE ha enfatizado el frágil estado de la economía global y europea. Los bancos centrales de todo mundo tienen la esperanza de que si Marty McFly regresase en cinco años, se encontrase un entorno diferente al de unos tipos de interés excepcionalmente bajos, crecimiento anémico y más QE".