Nokia reportó una caída del 45% en sus ganancias del segundo trimestre, por debajo de las expectativas del mercado. Debido a esto, el grupo deberá cumplir un nuevo plan de recorte de costes. Según ha comunicado Nokia, su beneficio se ha visto reducido en 194 millones en el segundo trimestre en comparación con el año […]
Dirigentes Digital
| 04 ago 2016
Nokia reportó una caída del 45% en sus ganancias del segundo trimestre, por debajo de las expectativas del mercado. Debido a esto, el grupo deberá cumplir un nuevo plan de recorte de costes.
Según ha comunicado Nokia, su beneficio se ha visto reducido en 194 millones en el segundo trimestre en comparación con el año anterior, cuando registró 355 millones de beneficio cuando todavía era una empresa independiente.
Los ingresos de la compañía han caído un 11%. Ni siquiera la compra de la francesa Alcatel-Lucent, que ha permitido presentar los ingresos de ambas entidades de manera combinada, ha evitado el desplome de los mismos.
Desde Nokia justifican el descenso de las ventas explicando que en los últimos meses, la industria se ha visto gravemente afectada por una menor demanda de mejoras de la red de proveedores de telecomunicaciones en mercados establecidos, ya que muchos de ellos el año pasado completaron el despliegue de redes inalámbricas de nueva generación, mientras que los proveedores de servicios en los mercados emergentes se enfrentan a una falta de crecimiento económico.
Al mismo tiempo, Nokia se enfrenta a la dura competencia de las empresas chinas Huawei y ZTE, dos de las compañías que han ganado cuota de mercado de manera significativa en unos pocos años, ofreciendo productos innovadores a precios competitivos.
El grupo ha explicado que las cifras del segundo trimestre no se prepararon de acuerdo con las normas internacionales de contabilidad, conocidas como IFRS, ya que no se incluyeron los costes relacionados con la adquisición de Alcatel, además de una serie de otros elementos que no eran necesariamente indicativos de rendimiento subyacente de Nokia.
Nokia ha asegurado que su siguiente objetivo es ahorrar 1.200 millones en costes anuales para 2018. Esto significa que, después de anunciar los resultados del segundo trimestre, la compañía se ha visto obligada a aumentar su previsión de ahorro de 900 millones a los 1.200 que ahora plantea como objetivo. Seguramente, la necesidad de ahorrar en costes acabe deribando en más despidos.