La inversión nacional y extranjera en Reino Unido sufrirá, al igual que el gasto de los consumidores. De todas formas, dada la debilidad de libra, no esperamos que las exportaciones británicas sufran demasiado y existe la posibilidad de un mayor gasto gubernamental para compensar la debilidad de su sector privado. Además, el Banco de Inglaterra […]
Dirigentes Digital
| 08 jul 2016
La inversión nacional y extranjera en Reino Unido sufrirá, al igual que el gasto de los consumidores. De todas formas, dada la debilidad de libra, no esperamos que las exportaciones británicas sufran demasiado y existe la posibilidad de un mayor gasto gubernamental para compensar la debilidad de su sector privado.
Además, el Banco de Inglaterra intervendrá ante la ralentizacion con medidas de liquidez y probablemente reducción de tipos de interés. También puede optar por una nueva ronda de expansión cuantitativa. De momento, la rentabilidad a vencimiento de la deuda a corto plazo de Reino Unido se ha vuelto negativa y se ha reducido la yield de sus vencimientos a largo plazo.
A ello se añade que se ha retrasado una subida adicional de tipos de interés en Estados Unidos. De hecho. las acciones de británicas se han llegado a recuperar fuertemente y el índice Ftse 100 puede beneficiarse de una divisa más competitiva los próximos meses.
El caso es que el principal impacto de la decisión del Reino Unido es en el propio país y en menor medida la Zona Euro. Utilizando los modelos de los principales bancos centrales, que pretenden reproducir el comportamiento de los agentes económicos y sus interacciones frente a perturbaciones y teniendo en cuenta acontecimientos del pasado, como la crisis del mecanismo de cambio en Europa en 1992, el PIB real de Zona Euro se puede reducir 0,5%. No es despreciable, pero tampoco catastrófico. En concreto, el crecimiento en la Zona Euro en 2016 puede ser 1,5% en lugar de 1,8% y 1,3% en lugar de 1,7% en 2017.
Sin embargo el elemento político sigue siendo una preocupación. Aunque las elecciones de España hayan indicado que el populismo no necesariamente gana impulso, habrá referéndum constitucional en octubre en Italia y nuevas elecciones presidenciales en Austria probablemente al inicio del otoño.
En cualquier caso la visibilidad mejoraría con un calendario de salida del Reino Unido en un marco claro de la futura relación con la UE. Un compromiso de los líderes europeos hacia la integración europea y posiblemente medidas fiscales pueden proporcionar soporte a los mercados. Aunque de momento sospechamos que no hay mucho apetito político para una gran iniciativa antes de las elecciones generales en Francia, Alemania y Países Bajos el año que viene.
Cesar Pérez Ruiz, director de inversiones de Pictet WM.