La pasada semana, el presidente de EEUU, Donald Trump, confirmaba la retirada de su país del acuerdo sobre el programa nuclear iraní firmado en 2015 en Viena por Teherán, Alemania y los cuatro países con derecho a veto del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Rusia, Reino Unido, Francia, China y, hasta hace pocos días, […]
Dirigentes Digital
| 13 may 2018
La pasada semana, el presidente de EEUU, Donald Trump, confirmaba la retirada de su país del acuerdo sobre el programa nuclear iraní firmado en 2015 en Viena por Teherán, Alemania y los cuatro países con derecho a veto del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Rusia, Reino Unido, Francia, China y, hasta hace pocos días, EEUU. Esta decisión ha supuesto un alza tanto en la tensión en Oriente Medio como en los precios del petróleo. Además, implica que Washington impondrá nuevas sanciones al régimen iraní, al que acusa de ser “el mayor patrocinador de terrorismo” y de haber mentido “cuando dijo que su programa atómico tenía fines pacíficos”, por lo que la Casa Blanca considera que el acuerdo con Irán no sirve para evitar que este país produzca un arma atómica. Esas sanciones que EEUU aprobará próximamente a pesar de los ruegos en contra del consejo del resto de firmantes del acuerdo y de la mitad del Partido Republicano que aupó a Trump a la presidencia no sólo dañarán la capacidad de que Irán se arme o mejorar la inversión extranjera en el país, sino que también perjudicarán a la Unión Europea, que se ha convertido en principal socio comercial de Teherán. De este modo, los datos de intercambios comerciales muestran que, desde la firma del acuerdo en 2015, la relación económica entre la UE e Irán se había multiplicado casi por tres, hasta alcanzar un volumen total de aproximadamente 21.000 millones de euros anuales el año pasado. Por ello, y también por preservar el precario equilibrio geopolítico, el propio presidente francés, Emmanuel Macron, intentó disuadir a Trump de su decisión, al igual que la canciller alemana Angela Merkel, el presidente chino Xi Jinping o la alta representante de Exteriores de la UE, Federica Mogherini, además del máximo dirigente ruso, Vladimir Putin. Fue en vano. Puede ser que en la decisión de Trump de retirar a su país del acuerdo nuclear pese el componente económico, ya que, mientras la UE facturó en más de 21.000 millones de euros por sus intercambios con el régimen iraní, EEUU apenas recibe 200 millones de euros anuales desde hace más de una década por sus relaciones comerciales con Teherán. Más infografías en Statista Además, Trump, los republicanos que le apoyan y los únicos países que apoyan su retirada del acuerdo, Israel y Arabia Saudí, han visto con buenos ojos la pérdida de ingresos petrolíferos que sufrió Irán desde la imposición de las primeras sanciones internacionales en 2012 hasta que entró en vigor el acuerdo nuclear en 2016, valoradas en 160.000 millones de dólares. Del mismo modo, Trump podría ver en el daño económico que sufrirá la UE por la renovación de las sanciones de EEUU a Irán una oportunidad para imponerse sobre los líderes más críticos con los cambios en la política exterior y comercial estadounidense que ha aplicado desde su investidura, que son Macron y Merkel. Queda por ver qué futuro le espera al pacto sin EEUU y al comercio bilateral entre la UE e Irán tras la ruptura del frente internacional para alcanzar la estabilidad en Oriente Medio. En palabras de Antonio Guterres, secretario general de la ONU, el acuerdo con Irán fue “un gran logro y ahora EEUU ha puesto en riesgo sus logros generando un peligro inminente” en Oriente Medio, sin descartar que esta región sea el próximo escenario de una guerra.