El hecho de que la economía mundial se mantenga firmemente en una expansión, con crecimiento aunque escaso, es la principal razón por la que la volatilidad de los mercados financieros se encuentra en niveles bajos. Sí hay picos, que están relacionados con las pruebas de misiles o los mensajes por Twitter por parte de Donald […]
Dirigentes Digital
| 07 sep 2017
El hecho de que la economía mundial se mantenga firmemente en una expansión, con crecimiento aunque escaso, es la principal razón por la que la volatilidad de los mercados financieros se encuentra en niveles bajos. Sí hay picos, que están relacionados con las pruebas de misiles o los mensajes por Twitter por parte de Donald Trump, pero los fundamentales siguen sirviendo de apoyo mayoritariamente. Según explica Chris Iggo, especialista de renta fija de AXA IM, si se observa hacia final de el año el “driver” principal será el de las “decisiones políticas que se tomen o no por los bancos centrales y por el congreso”. Dada la posición cíclica de la economía global, explica, los tipos más altos siguen siendo una “expectativa plausible” y el perfil de retorno de los bonos del gobierno está “sesgado negativamente”. Pero las lecciones aprendidas de observar a los bancos centrales son que no harán nada “para sacudir los mercados”. En este sentido, si la Reserva Federal (Fed) va a elevar el precio del dinero de nuevo este año tiene que rebajar las expectativas del mercado tal y como explica Iggo. Muchos analistas escriben actualmente acerca de los mercados financieros que muestran signos de “comportamiento de ciclo tardío”. Iggo señala que no va a cuestionar eso, pero es difícil ver, a nivel macro, “cualquier signo de una recesión inminente”. En la mayoría de las economías, la expansión ha sido tibia en comparación con los ciclos anteriores, dada la resistencia de la inversión y el gasto de la necesidad de restaurar los balances y reducir la deuda. Sin embargo, el crecimiento lento no significa necesariamente que nos estemos dirigiendo hacia el crecimiento negativo en cualquier momento, apunta Iggo. El hecho de que los tipos de interés se mantengan cerca de cero en casi todas las partes de las economías avanzadas “es una de las razones clave para ello”. Las recesiones suelen ser desencadenadas por “un endurecimiento de las condiciones monetarias o algún tipo de choque externo como un repunte inesperado en los precios del petróleo o un choque político”. Así pues, el experto señala que, en general, la economía mundial “lo está haciendo bien”. Algo que es así en cuanto a niveles de actividad y rendimiento de los mercados financieros (que tienen efecto riqueza). Estos son factores “importantes a largo plazo” y han sido responsables del repunte de la política “populista” en los últimos años, pero más allá del discurso político, el desempleo “ha ido bajando, las ganancias corporativas han ido creciendo y la innovación tecnológica ha continuado cambiando negocios y mercados, para mejorar en términos de eficiencia y productividad”. En lo que respecta al ciclo, no hay muchas variables que indiquen “un descenso inmediato”. Las tendencias de empleo siguen siendo positivas en relación con anteriores desaceleraciones, las tasas reales no son positivas, los indicadores de actividad como el ISM siguen siendo fuertes, y el mercado de la vivienda es boyante. La economía estadounidense “se mantiene en el buen camino para un período récord de crecimiento del PIB”.