A vueltas con el doble dígito. Desde que se eligió a Donald Trump, los inversores se han tranquilizado poco a poco por sus temores sobre la deflación, el crecimiento en los mercados emergentes y la incertidumbre sobre la zona del euro, lo que ha afectado al apetito por el riesgo entre finales de octubre de […]
Dirigentes Digital
| 26 may 2017
A vueltas con el doble dígito. Desde que se eligió a Donald Trump, los inversores se han tranquilizado poco a poco por sus temores sobre la deflación, el crecimiento en los mercados emergentes y la incertidumbre sobre la zona del euro, lo que ha afectado al apetito por el riesgo entre finales de octubre de 2015 y mediados de febrero de 2016. Esto sitúa el interés por la reflación. Por el cambio de dinámica en el ámbito bursátil. Y es que el crecimiento mundial está claramente acelerándose y la amenaza de un entorno deflacionario se está diluyendo como el azúcar en el café. De esta manera, dicha combinación, entre un repunte del crecimiento real y un aumento de la inflación es, en general, favorable para la tendencia general de crecimiento de los beneficios por acción. Para los expertos de Natixis AM, algo que debería acercar a observar un retorno del “13% este año”. Estos expertos señalan que la fase de aceleración de la inflación ahora parece haberse quedado atrás, mientras que los principales indicadores están empezando a cambiar en algunas áreas, “en particular los Estados Unidos y China”. En este sentido, la reforma esperada del impuesto de sociedades en el país norteamericano debería reforzar aún más la rentabilidad corporativa en 2018, aunque la implementación de otras reformas se vea mucho menos probable en vista de la “menguante credibilidad política de Donald Trump”. También, los principales bancos centrales deberían empezar a reducir sus balances “hasta finales de 2017”. Algunos ya han comenzado a controlar la liquidez o se están preparando para anunciar este tipo de movimientos, como es el caso del Banco Central Europeo. El final de la expansión monetaria de Estados Unidos se remonta a la primavera de 2014 y ha ido cobrando fuerza desde entonces. En cuanto a las emergencias, la mejora de las condiciones financieras mundiales y el buen comportamiento de los productos básicos “han sido positivos”, expone el equipo de análisis de Natixis. Sin embargo, la gradual normalización de la política monetaria, la progresiva reducción de la liquidez en dólares y la desaceleración del crecimiento chino (que impulsó a las materias primas) podrían “arrastrar a estas economías”. Mientras que las posiciones largas en dólares, materias primas y acciones emergentes parecen vulnerables entre las operaciones de reajuste que han estado impulsando los mercados, “otras parecen albergar potencial a nuestro juicio, como las acciones de la zona del euro que todavía se benefician de condiciones financieras acomodaticias”. Así pues, en la zona del euro, las compañías de pequeña y mediana capitalización podrían ser las que tendrían más efecto positivo en sus perspectivas en bolsa, dado que son las que están más expuestas a la aceleración del ciclo económico, así como al futuro incremento de los tipos de interés en la Unión Europea. En último lugar, los analistas de la gestora señalan su apuesta por “las acciones japonesas y los mercados emergentes de deuda en divisa local”.