Empezamos un nuevo ejercicio en los próximos días en el que hay mucho por resolver en materia de divisas y con el dólar como protagonista. Los bancos centrales siguen las pautas que marcaron hace tiempo. Por eso ahora la cuestión es qué es lo que se avecina en relación a los principales pares y qué […]
Dirigentes Digital
| 21 dic 2017
Empezamos un nuevo ejercicio en los próximos días en el que hay mucho por resolver en materia de divisas y con el dólar como protagonista. Los bancos centrales siguen las pautas que marcaron hace tiempo. Por eso ahora la cuestión es qué es lo que se avecina en relación a los principales pares y qué perspectivas se pueden tener. Entretanto, el dólar permaneció relativamente plano este mes, consolidando las ganancias recientes pero sin un impulso suficiente como para recuperar las pérdidas anteriores. En este sentido, tal y como expone el equipo de expertos de AXA IM, esto se produjo a pesar “del progreso significativo en el proyecto de ley de reforma tributaria, así como de la evidencia adicional de que la Reserva Federal está avanzando en su camino hacia la normalización”. El 13 de diciembre, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) elevó los tipos de interés a corto plazo en un 0,25% por tercera vez en 2017, llevando su tipo objetivo a 1,25% -1,5%. Además, publicó su diagrama de puntos actualizado, lo que indica que habría otras tres alzas en 2018. Sin embargo, mientras que las expectativas de política monetaria apuntan a un aumento significativo en los tipos de interés a corto plazo, opinan los expertos, “esto no ha podido apoyar al dólar“. Como resultado, los inversores han comenzado a cuestionar “la relevancia del carry relativo y ahora están buscando razones para preocuparse por el dramático aplanamiento de la curva de rendimiento en Estados Unidos”. Curiosamente, el fracaso del carry para conducir el dólar parece ser una característica más general en la cesta de divisas más importantes el pasado año. Las estrategias de carry han experimentado actuaciones terribles ya que el mercado parece estar jugando el tema de la “resincronización monetaria”. A medida que los bancos centrales globales alcanzan a la Fed en su salida de la política ultra acomodaticia, otras monedas se “están acercando al dólar”. Esto al menos parece una buena razón para el comportamiento “positivo del euro, la libra esterlina y el dólar canadiense este año”. Dado que la normalización de la política rezagada proviene en su mayoría de Europa, es decir, Suiza y los países nórdicos, los bancos centrales han reiterado su voluntad de dejar que el Banco Central Europeo (BCE) “vaya primero y se suba al carro más tarde”. Sin embargo, Japón podría ponerse al día antes. Su perspectiva macroeconómica ha mejorado y han surgido “algunos tímidos signos de presión salarial”. Por razones políticas, el gobierno puede querer declarar pronto el fin de la deflación. El programa de compras del Banco de Japón (BoJ) se ha ralentizado marcadamente en las últimas semanas y un tono más firme puede llevar al mercado a reevaluar las perspectivas del yen.