El envejecimiento poblacional es uno de los grandes problemas presentes y futuros de las principales economías avanzadas del mundo. Sin embargo, en el caso de España será especialmente agresivo, haciendo caer el número de personas en edad de trabajar mientras crecen las cifras de pensionistas. Al echar un poco la vista atrás se puede observar […]
Dirigentes Digital
| 13 may 2016
El envejecimiento poblacional es uno de los grandes problemas presentes y futuros de las principales economías avanzadas del mundo. Sin embargo, en el caso de España será especialmente agresivo, haciendo caer el número de personas en edad de trabajar mientras crecen las cifras de pensionistas.
Al echar un poco la vista atrás se puede observar cómo el efecto del envejecimiento poblacional ya se deja ver en España. En el año 2002, la población entre 16 y 24 años era prácticamente igual a la de entre 45 y 54 años, según el último informe de la CEOE, "El envejecimiento de la población y sus efectos en el mercado laboral español". En el 2015, hay cerca de 3,1 millones de personas más que tienen entre 45 y 54 años que entre 16 y 24.
El mismo informe revela que entre 2002 y 2015, la población de entre 15 y 34 años se redujo en 2,2 millones de personas mientras creció de forma muy significativa (en 4,9 millones) las personas de entre 35 y 64 años. En ese periodo, aumentó en 1,6 millones los españoles de 65 años o más.
Según el último informe de Funcas, "Sostenibilidad del sistema de pensiones de reparto en España y modelización de los rendimientos financieros", en España a principios del siglo XX, una persona vivía menos de 10 años desde que se jubilaba. A principios de los años 2.000, esa cifra creció hasta casi 20 años, una de las más altas en comparación europea.
Y no solo es un problema de que los españoles vivan más, sino que nacen menos. A esto está influyendo la incorporación de la mujer al mundo laboral, pues las nuevas generaciones femeninas dedican incluso más años de su vida a formarse que los hombres, y eso hace retrasar la edad de maternidad, señalan desde Funcas. El coste de la vida o las dificultades para acceder a la vivienda son otros de los motivos que llevan a los jóvenes españoles a ser padres más tarde o tener menos hijos.
El Instituto Nacional de Estadística prevé que la población española descienda en 146.000 personas entre 2015 y 2017, una cifra que crecerá hasta las 690.000 en 2025.
Además, según señalan desde Funcas, el actual sistema de pensiones se enfrenta a un problema añadido: el escenario educativo. "Dado que la participación en el mercado laboral está directamente relacionada con el nivel educativo, en la medida en la que la población avance en cualificación en los próximos años permitirá progresos individuales tanto en su participación como en los salarios", recogen en su informe, por lo que apuntan a que las pensiones a pagar deberán ser, en muchos casos, más altas.
Por su parte, la CEOE advierte de que el envejecimiento de la población tendrá efectos más allá de hacer peligrar la sostenibilidad de las pensiones, pues señalan que tendrá efectos sobre los hábitos de consumo y la propensión del ahorro, "variables en las que existen apreciables diferencias entre unos grupos de edad y otros", así como en las necesidades de atención sanitaria y los servicios sociales.