Las pérdidas ocasionadas en el tercer trimestre por la manipulación de los motores diésel en Volkswagen está teniendo sus primeros efectos en la filial española Seat. Tras conocerse los resultados ayer del gigante automovilístico, la compañía española comunicó al comité de empresa de que prescindirá de los cerca de 400 empleados de
empresas de trabajo temporal (ETT) que actualmente trabajan en la planta de Martorell (Barcelona) y que irán finalizando sus contratos entre este mes y julio de 2016.
Actualmente, hay unos 200 trabajadores que acabarán el contrato en diciembre, mientras que otros 200 irán dejando la planta paulatinamente durante los primeros siete meses del año que viene, cuando cumplan un año desde su contratación, el máximo permitido para mantenerse como empleados de ETT.
Seat aplicará un plan de eficiencia valorado en 200 millones de euros, entre 2016 y 2017 para proteger el empleo fijo que existe y las inversiones prometidas de 3.300 millones de euros para los próximos cinco años para su planta de Martorell (Barcelona). Seat tiene 700 empleados de este tipo y su plantilla tiene 12.626 personas.
Los sindicatos critican la decisión sobre la plantilla y apuntan que la producción se podría ver afectada. Los trabajadores esperaban que del total de trabajadores contratados por ETT al menos un centenar se incorporaran a la plantilla de manera fija.