Un 40%. Es lo que perdió el Ibex 35 aquel 2008 que también empezó con un enero negro en el que el selectivo se dejó un 13% de su valor. Desde que comenzó 2016, el parqué nacional ha perdido un 19%, y muy lejos quedan ya aquellos 15.000 puntos con los que comenzaba el peor […]
Dirigentes Digital
| 12 feb 2016
Un 40%. Es lo que perdió el Ibex 35 aquel 2008 que también empezó con un enero negro en el que el selectivo se dejó un 13% de su valor. Desde que comenzó 2016, el parqué nacional ha perdido un 19%, y muy lejos quedan ya aquellos 15.000 puntos con los que comenzaba el peor año de toda su historia.
Fue el magnate George Soros el primero en lanzar la voz de alarma. Pero, ¿realmente estamos ante una situación similar a la de 2008? Fernando Luque, senior financial editor de Morningstar explica en un reciente análisis que el contexto global ha cambiado de forma sustancial. Y el ejemplo más claro de ello son los bancos centrales. Por no hablar del cambio de modelo económico en China o la diferencia en los precios de las materias primas actuales frente a los de hace ocho años.
A juicio del experto, "no podemos descartar otro recorte de envergadura en los mercados", refiriéndose a caídas anuales como la vivida en 2008. Y pone como ejemplo el comportamiento del S&P 500 desde principio de los años 70, calculando la pérdida máxima sufrida en periodos de 24 meses. Así, se encuentran tres periodos en los que el mercado prácticamente perdió la mitad de su valor: la crisis del petróleo de principios de los 70, la crisis tecnológica de principios del 2000 y la crisis de deuda de 2008. "Si hay algo que tienen en común los tres periodos es que la Bolsa se encontraba en unos niveles de precio sobre beneficios (medidos por el PER de Shiller) por encima de la media histórica". Una situación que vuelve a repetirse hoy, aunque en niveles menos dramáticos.
Los analistas de Citigroup también han entrado al debate, asegurando en una reciente nota a clientes que más que 2008, la situación actual se parece más a la vivida en 2011, cuando el S&P 500 perdió casi un 20% de su valor. "Hay un miedo exagerado en el mercado", indican desde la firma, apuntando a que, como en aquella ocasión hace cinco años, "los bancos europeos vuelven a estar en el epicentro de la angustia de mercado".
Desde Bank of America Merrill Lynch tampoco consideran que el temor a la recesión pueda desencadenar una crisis similar. La firma también prefiere mirar a otro año para comparar: 1998. Cuando, a pesar del hundimiento de las Bolsas, "se evito la recesión económica en los desarrollados y los resultados empresariales, volviendo a un crecimiento fuerte en 1999".
Sí reconocen el peso y la importancia de los débiles emergentes es mayor ahora que entonces, pero los economistas de la firma creen que la situación en estas regiones es "manejable para los desarrollados". Asimismo, llaman la atención sobre los "recientes datos alentadores", como los fuertes PMIs europeos, la estabilización del sector manufacturero estadounidense y China. Al tiempo que recuerdan que la "influencia del apalancamiento corporativo y de los bancos es menor ahora que en 2008".
En lo que respecta a la situación concreta del mercado, destacan que los múltiplos actuales están por encima de los niveles previos a muchas depresiones anteriores, aunque "vemos menos riesgo para el beneficio por acción (BPA) en esta ocasión". Consideran además que la baja rentabilidad de los bonos deja a las acciones como un activo mucho más atractivo en términos relativos para los inversores.
Apoyo en la macro
Es difícil de explicar. Porque a pesar de la brusca caída, las gestoras y los grandes bancos de inversión siguen recomendando activos de riesgo para aquellos que quieran rentabilidad. Por eso, desde firmas como Banca March se apoyan en la macroeconomía para olvidar esa idea de que este año se produzca otra gran crisis bursátil.
En la firma insisten en que los indicadores macroeconómicos adelantados no se han deteriorado hasta el punto de mostrar un escenario de recesión a nivel global, y los datos relacionados con el consumo siguen mostrando que este sector sigue suponiendo un fuerte soporte para la economía mundial. "Además, los resultados empresariales están siendo satisfactorios, particularmente en Europa, y especialmente en aquellos sectores donde focalizamos nuestra inversión", explican.
Así, su recomendación es mantener las posiciones mientras dure el escenario de volatilidad, en línea con los perfiles de riesgo y distribución geográfica y sectorial actuales, no recomendando por lo tanto sobrexponer las carteras en busca de posibles correcciones al alza en el corto plazo, tanto en los niveles de exposición global como en posibles compras especulativas en los sectores más castigados.
Para los expertos de GVC Gaesco, la situación también tiene un punto de semejanza a la vivida en agosto del 2011, donde se produjeron fortísimas caídas sin ninguna causa justificante. "Fue aquel uno de los mejores momentos de compra de los últimos años. Se pudo comprar S&P 500 a 1.100, Euro Stoxx 50 a 1.950 o Ibex 35 a 6.000", recuerdan desde la firma, donde aseguran que "lo ideal es comprar cuando lo malo es sólo el sentimiento inversor y no los datos económicos. Es mucho más fácil de girar".