Desde el departamento de análisis de Bankinter destacan cómo las alarmas han saltado sobre esta clase de activo, después de que varios fondos de inversión hayan bloqueado los reembolsos (Third Avenue Management y Stone Lion Capital) o directamente se vayan a liquidar (Lucidus Capital Partner). A su juicio, los excesos del pasado en cuanto a […]
Dirigentes Digital
| 18 dic 2015
Desde el departamento de análisis de Bankinter destacan cómo las alarmas han saltado sobre esta clase de activo, después de que varios fondos de inversión hayan bloqueado los reembolsos (Third Avenue Management y Stone Lion Capital) o directamente se vayan a liquidar (Lucidus Capital Partner). A su juicio, los excesos del pasado en cuanto a volúmenes y precios así como los problemas de liquidez a la hora de deshacer las posiciones explicarían esta situación.
Tras la tormenta que desatada por estos tres fondos, otras firmas han decidido ponerse manos a la obra para reducir el riesgo de sus carteras de ‘bonos basura’. Por ejemplo, el fondo Avenue Credit Strategies Fund, ha decidido incrementar hasta el 45% de su cartera la exposición a efectivo esta semana. Especialmente para evitar confusiones por el parecido de su nombre con el Third Avenue Focused Credit Fund.
A pesar del temor de los inversores, los expertos recuerdan que casos como el de Third Avenue son más bien puntuales, y que pueden enseñar a los participantes del mercado una valiosa lección sobre cómo invertir en este segmento. Para empezar, hay que evitar fondos con carteras tan concentradas como el de Third Aveneu, haciendo del high yield un elemento diversificador, y no una única apuesta de inversión.
Desde Morningstar insisten en que la focalización en deuda "distressed" y su cartera concentrada han hecho que este producto sea especialmente vulnerable a la crisis de liquidez. "Es improbable que otros fondos más diversificados y de mayor calidad sigan su camino, ya que no invierten en valores tan ilíquidos como el fondo Third Avenue", insisten.
A julio de 2015, el fondo tenía invertido la mitad de los activos del fondo en bonos con calificación menor a B y otro 40% en valores sin calificación. Aún así, recuerdan cómo la firma ha sido incapaz de seguir el protocolo de reembolsos que normalmente se sigue en momentos de liquidación de un producto. En ellos, se avisa con antelación a los accionistas para que puedan rescatar su inversión hasta la fecha de liquidación. "Durante este período, el gestor del fondo suele vender las posiciones del fondo para conseguir liquidez, usándola para pagar a los partícipes que decidan rescatar sus inversiones", recuerdan desde Morningstar.
Bajo este escenario, Tom O’Reilly de Neuberger Berman, considera que "es crucial reconocer las diferencias entre los gestores y las estrategias que invierten en la clase de activos de alto rendimiento". Es decir, hay que ser selectivos y apostar por productos y gestores que sean capaces de llevar a cabo "un proceso de selección de crédito disciplinado que busque evitar defaults y una cartera bien diversificada, centrada en grandes emisores, líquidos dentro del mercado de high yield".
En el mismo sentido, desde Bankinter aconsejan a los inversores alejarse de los segmentos de bonos sobrevalorados con un muy alto riesgo de falta de liquidez. "El subsector de petróleo/energía presenta un riesgo adicional de impagos ante una cotización del crudo a niveles mínimos de los últimos 10 años que hace no rentables las inversiones en Exploración y Producción", advierten.
En el mismo sentido se manifiesta O’Reilly, que pese a su visión más positiva sobre el sector, asegura que las tasas de impago podrían elevarse al 3% en 2016, desde el 1,5% actual. Y apunta directamente al sector de las materias primas como principal causante de este repunte.