Los temores en torno a una burbuja en China se están disipando conforme avanza el año. Prueba de ello es el último informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) en el que refleja como el gigante asiático ha conseguido controlar los principales riesgos para su economía. En esta línea, el organismo mantiene sus previsiones de un […]
Dirigentes Digital
| 22 ago 2017
Los temores en torno a una burbuja en China se están disipando conforme avanza el año. Prueba de ello es el último informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) en el que refleja como el gigante asiático ha conseguido controlar los principales riesgos para su economía. En esta línea, el organismo mantiene sus previsiones de un crecimiento estable de en torno al 6,7% para 2017, la misma tasa que en 2016. El fondo señala en el citado documento que la transición hacia un modelo de crecimiento “sostenible” está avanzando “a buen ritmo” por todo el país. Las políticas expansivas del último año, junto al fortalecimiento de la demanda interna y los progresos en las reformas pendientes son los principales factores del cambio en las previsiones. La inflación se mantendrá estable en torno al 2% y se espera que el reciente cambio de rumbo de la política fiscal ayude a controlar el exceso de crédito en circulación. Respecto a los riesgos financieros, el organismo dirigido por Christine Lagarde observa que las medidas adoptadas por el Gobierno y el incremento en la supervisión han ayudado a reducir los altos niveles de deuda corporativa, que crece a menor ritmo como reflejo de las iniciativas de reestructuración y la reducción del exceso de capacidad en algunos sectores. El cambio hacia un modelo económico desarrollado continúa avanzando en China. El año pasado el superávit por cuenta corriente cayó hasta el 1,7% del PIB, motivado por el incremento de las importaciones y el impulso de los flujos turísticos. Para este ejercicio se espera que el superávit descienda hasta el 1,4% debido al fortalecimiento de la demanda interna y al descenso continuo de la actividad exportadora. Además, las salidas de capital también han disminuido gracias a las medidas de control adoptadas por el Gobierno y a la expectativa de unos tipos de cambio más estables para el yuan. Tras depreciarse un 5% en términos reales durante 2016, la divisa local ha moderado sus caídas en torno al 2% y se espera que se mantenga a esos niveles.