El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado al alza la previsión de crecimiento de la economía española para el ejercicio 2015 y 2016, hasta el 3,1% y el 2,5%, respectivamente, por encima de las estimaciones del Gobierno. En su anterior previsión, en abril de este año, el FMI pronosticaba que el PIB español avanzaría un 2,5% […]
Dirigentes Digital
| 08 jun 2015
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado al alza la previsión de crecimiento de la economía española para el ejercicio 2015 y 2016, hasta el 3,1% y el 2,5%, respectivamente, por encima de las estimaciones del Gobierno. En su anterior previsión, en abril de este año, el FMI pronosticaba que el PIB español avanzaría un 2,5% en 2015 y un 2% en 2016, es decir, con lo cual el incremento que ahora augura es seis y cinco décimas más, respectivamente.
El Fondo subraya en su informe previo a la revisión anual de la economía española que rebotado con fuerza y está creando empleo gracias a los bajos precios del petróleo, la depreciación del euro y la política monetaria expansiva del Banco Central Europeo (BCE), junto a la vuelta d confianza de empresarios y consumidores.
Pese a ello insiste que la tasa de paro es "dolorosamente alta" y sigue habiendo desequilibrios que requieren más esfuerzos presupuestarios y reformas estructurales. El organismo dirigido por Christine Lagarde recomienda seguir con la receta de años atrás reducir la elevada deuda pública y privada.
Entre las medidas más destacadas recomienda terminar con la dualidad laboral con un contrato único para reducir el coste de despedir a trabajadores fijos respecto a temporales. El FMI considera que con esta medida se aumentaría la contratación.
El FMI también apunta a que la economía necesita que las empresas ganen tamaño para aumentar la productividad y la competitividad. Por ello urge a aplicar la ley de Unidad de Mercado, la eliminación de obstáculos fiscales y regulatorios al crecimiento de tamaño de las empresas y el apoyo a la exportación.
El FMI cree que también sería bueno que las empresas deben utilizar con más asiduidad fórmulas de financiación no bancaria, incluyendo el acceso a emisiones de bonos, mercados alternativos, capital riesgo y similares.