Al cierre del miércoles, cuando se hizo oficial la espantada de la filial de Gestamp, el grupo sevillano tenía una capitalización de 405,9 millones de euros, frente a los 875 millones del día anterior. De un plumazo, la compañía perdía la mitad de su valor en Bolsa ante la inviabilidad en la que se ha […]
Dirigentes Digital
| 27 nov 2015
Al cierre del miércoles, cuando se hizo oficial la espantada de la filial de Gestamp, el grupo sevillano tenía una capitalización de 405,9 millones de euros, frente a los 875 millones del día anterior. De un plumazo, la compañía perdía la mitad de su valor en Bolsa ante la inviabilidad en la que se ha quedado sin los 350 millones de euros que pensaba desembolsar este nuevo inversor.
Tal y como explicaba el Departamento de Análisis de Bankinter, Gonvarri "habría invertido 250 millones (26% de la capitalización) en una ampliación de capital con exclusión del derecho de suscripción preferente mediante la emisión de acciones A y B, proporcionalmente al número actual de acciones en cada clase. Posteriormente, suscribiría la parte correspondiente en la ampliación de capital, por aproximadamente 100 millones. Con ambas operaciones, se hubiera convertido en el principal accionista, con el 28% de los derechos de voto y representado en el consejo con cuatro miembros del total de 13 y sustituyendo de esta forma a Inversión Corporativa que pasaba a tener sólo un representante". Como condiciones exigía "un programa de desinversiones por 1.200 millones hasta 2017, que la banca acreedora asegurara la ampliación y la ‘suscripción de un paquete de apoyo financiero a favor de la sociedad’ que incluyera líneas de crédito suficientes para atender a su actividad diaria".
La firma, como el resto de gestores y expertos, califica la noticia de "muy negativa para el valor", pues Abengoa "se encuentra en una situación "financiera comprometida y necesitaba este apoyo". Recuerdan la gran carga de pasivo, con una deuda financiera neta de 6.283 millones a cierre de septiembre, más unos 5.000 millones de cuentas pendientes con proveedores.
A todo esto se suman unos resultados trimestrales que fueron "muy débiles", con caída de ventas del 4% y pérdidas por importe de 194 millones de euros. "Tendrá que definir ahora de donde va a obtener los fondos. En este contexto, situamos nuestra recomendación en vender desde neutral, y el precio objetivo en revisión desde los 1,2 euros (clase B), ante el grado de dilución final considerando que no se sabe qué dimensión tendrá la ampliación cuando ésta se lleve a cabo, quién será el accionista que controlará la gestión y cuál será la participación de los bancos acreedores en el proceso", concluyen.
Coincide Iván San Félix Carbajo, analista de Renta 4, al calificar la situación de "muy negativa", pues "era la principal baza para que Abengoa se salvara de la situación crítica en la que se encuentra". Destaca este experto que la retirada de Gonvarri "deja la ampliación de capital en el aire y genera muchas dudas en cuanto a los bancos y principales accionistas mantengan su compromiso inicial de asegurar y suscribirla".
La situación financiera del grupo es descrita por este experto como "muy delicada, al contar con un importe de deuda abultado con un plazo de vencimientos exigente para los próximos meses y liquidez escasa. Además, su modelo de negocio exige un nivel de inversiones muy elevado, que provoca un consumo de caja elevado de forma recurrente".
Aunque dispone de una liquidez total de 2.508 millones de euros, señala, "sólo cuenta con 346 millones con disponibilidad inmediata. De su capacidad para liberar el resto de liquidez y de las negociaciones con los bancos depende que pueda hacer frente al pago de los próximos vencimientos: 374 millones en el cuarto trimestre de este año y 1.333 millones en 2016 (que incluye un vencimiento de bonos de 500 millones en los tres primeros meses)".
En su opinión, "la inversión en Abengoa es sólo apta para inversores con un perfil de tolerancia al riesgo elevada", por lo que su recomendación sobre el valor es de infraponderar.
Por el momento, la compañía tiene por delante los cuatro meses de plazo que le otorga la Ley concursal para lograr que las negociaciones con sus entidades acreedoras lleguen a "buen puerto" y lograr evitar el peor escenario. Así, tal y como indica Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, "no sería descartable, que al igual que pasó en su momento como Pescanova o Metrovacesa, la banca acabe canjeando deuda por acciones, diluyendo por lo tanto la participación en la compañía de los actuales accionistas".
¿Quién ocupará su puesto en el Ibex 35?
En dos semanas, el 10 de diciembre, el CAT celebrará su reunión trimestral para encontrar un sustituto a Abengoa en el Ibex, hasta ese momento, 34.
Los principales candidatos a entrar en el principal selectivo español son Cellnex, que supera ampliamente a los demás candidatos incluso excluyendo los primeros días de contratación del valor tras su debut bursátil, y Merlin Properties, que ha ampliado capital para adquirir Testa (la filial de patrimonio inmobiliario de Sacyr).