La economía del gigante asiático creció en el cuarto trimestre de 2014 un 7,3%, una décima por encima de lo esperado. Aunque en el conjunto del año repuntó un 7,4%, el dato más bajo de los últimos 24 años y por debajo del objetivo oficial del 7,5% (creció el 7,7% en 2013), aunque por encima […]
Dirigentes Digital
| 20 ene 2015
La economía del gigante asiático creció en el cuarto trimestre de 2014 un 7,3%, una décima por encima de lo esperado. Aunque en el conjunto del año repuntó un 7,4%, el dato más bajo de los últimos 24 años y por debajo del objetivo oficial del 7,5% (creció el 7,7% en 2013), aunque por encima del 7,2% que esperaban los analistas.
Esta ralentización de la economía china abre las puertas a la implementación de medidas para relanzar el crecimiento por parte del Gobierno y del banco central del país asiático
Por su parte, el organismo presidido por Christine Lagarde prevé que España crezca un 2% este año, tres décimas más que en la previsión anterior; y un 1,8% en 2016. Al mismo tiempo, el FMI ha rebajado en la misma proporción las estimaciones de crecimiento global para 2015, hasta el 3,5% en 2015; manteniendo sin cambios las perspectivas del año que viene en el 3,7%. Para EEUU, mejora las expectativas de este ejercicio (+3,6%, frente +3,1% anterior) y mantiene las del próximo en 3,3%; mientras rebaja las de la Eurozona hasta +1,2% (desde el +1,3% anterior) y reitera en el +1,4% las de 2016.
El Fondo considera que los bajos precios del petróleo y la debilidad del euro y del yen seguirán siendo las características principales del presente ejercicio. Con todo, considera que la caída del crudo, "producida en gran medida por el aumento de la oferta, estimulará el crecimiento mundial. Pero, según las proyecciones, ese estímulo se verá ampliamente superado por factores negativos; uno de ellos será la debilidad de la inversión a medida que muchas economías avanzadas y de mercados emergentes continúen adaptándose a un crecimiento a mediano plazo que ofrece expectativas menos alentadoras".
Asimismo, vuelve a solicitar reformas estructurales para aumentar el crecimiento y que la política monetaria siga siendo expansiva, incluyendo medidas no convencionales si no se pueden rebajar los tipos de interés.
BCE y Grecia: ¿y si el mercado descuenta que la realidad va a ser más ‘suavizada’ de lo esperado?
En este contexto, los analistas de Link Securities vuelven a advertir "del riesgo que supone aumentar posiciones en renta variable en estos momentos, teniendo en cuenta que si bien la probabilidad de que el BCE actúe es muy elevada, también lo es de que no alcance las expectativas de los mercados, tanto en la forma (diseño de su programa de compra de activos) como en el fondo (cuantía del mismo). Ello conllevaría una corrección de las bolsas a corto plazo que podría ser más profunda dependiendo de cuál sea el resultado final de las elecciones generales que se celebrarán en Grecia este fin de semana".
David Ardura, subdirector de inversiones de Gesconsult, coincide al afirmar que "el mercado está descontando que el BCE va a anunciar finalmente su QE. Cualquier sorpresa negativa en este sentido supondría un seguro aumento de la volatilidad. Las dudas en realidad van a venir por el lado de los detalles: de qué países va a comprar deuda, cómo se van a estructurar esas compras… Habrá que ver qué anuncia Draghi y cómo lo acoge el mercado"
En cuanto a Grecia, señala, "hemos visto como en los últimos tiempos ha cobrado interés la candidatura del partido Syriza. Sin embargo, el mercado no parece estar siendo demasiado negativo con esta realidad. De hecho, llegamos a la cita electoral con las primas de riesgo de los países de la periferia europea en mínimos. Algo que creemos que es muy significativo e ilustra la tranquilidad de los inversores".
La explicación "puede ser que, a pesar de los comentarios y especulaciones, el mercado descuenta que la realidad va a ser más ‘suavizada’ de lo esperado. En este sentido, la realidad del país heleno y citas como la reunión del BCE se entrelazan: si la institución anuncia un QE que se estructure a través de los bancos centrales de cada país, trasladaría el riesgo de las medidas de estímulo a cada nación, lo que obligaría a los gobiernos, incluidos los nuevos, a tener políticas más suaves de las que se anticipan en países como Grecia".