Estados Unidos cuenta con el mayor número de empresas de armas del mundo que dan empleo a tiempo completo a 263.223 personas, según datos de la asociación comercial para la industria de armas de fuego del país (NSSF, en sus siglas en inglés). También es la nación con el mayor porcentaje de número de hogares […]
Dirigentes Digital
| 02 feb 2016
Estados Unidos cuenta con el mayor número de empresas de armas del mundo que dan empleo a tiempo completo a 263.223 personas, según datos de la asociación comercial para la industria de armas de fuego del país (NSSF, en sus siglas en inglés). También es la nación con el mayor porcentaje de número de hogares que posee un arma, el 31% según datos de NORC, una organización de investigación social independiente. Es decir, en 1 de cada 3 viviendas estadounidenses hay armas, siendo las zonas rurales donde más número de ellas se concentran. El 60% de los americanos dice que las adquirieron por protección personal. Y no tuvieron que ir muy lejos para comprarlas, ya que existen 54.026 distribuidores con licencia federal para venderlas y el 98% de la población tiene una tienda de armas a menos de 16 kilómetros de su casa. Además, pueden hacerse con una en las miles de ferias de armas que se realizan al año, casi 100 por semana, según datos del Departamento de Justicia.
Se estima que en Estados Unidos hay un arma por cada habitante, eso es más de 300 millones de armas en manos civiles. El 40% de las ventas se hace sin comprobar el historial del comprador, según "The Trace", una publicación dedicada exclusivamente a noticias relacionadas con las armas.
De media, una persona muere por herida de arma en Estados Unidos cada 16 minutos, según el diario "The New York Times", y tan solo en 2015 de promedio ha habido cada día 1 tiroteo con al menos 4 muertos, muchos de ellos debido a ataques masivos.
Además, en los últimos 3 años Estados Unidos ha sido testigo de más de 1.000 tiroteos. Unas cifras escalofriantes que quiere atajar el presidente estadounidense Barack Obama.
La imagen de lágrimas en sus ojos al hablar de este problema daba la vuelta al mundo a principios del pasado mes de enero. Obama anunciaba entonces que es necesario poner limitaciones para las armas debido a las sucesivas tragedias que provocan. "La epidemia de violencia causada en nuestro país por las armas de fuego es una crisis", decía. Se refería a la última matanza en San Bernardino a finales de 2015 (la más mortal en los últimos 3 años que acabó con 14 muertos y 21 heridos). "Los fallecidos y heridos provocados por armas constituyen una de las mayores amenazas a la salud pública y la seguridad de Estados Unidos", continuaba Obama.
De hecho, según los datos del Centro de Control de Enfermedades estadounidense mueren más niños menores de 6 años por disparos que policías en activo en el país. En el año 2013, 82 niños perdieron la vida por arma de fuego, frente a 27 agentes.
Las medidas que el mandatario estadounidense quiere poner en marcha harían, entre otras cosas, que los vendedores que operan por Internet o en ferias de armas estén obligados a llevar a cabo el control de antecedentes de los compradores. Además, los estados deberían suministrar información sobre personas no cualificadas para tener armas por razón de enfermedad mental o violencia doméstica. Obama quiere ampliar, además, en un 50% los miembros del FBI que se encargan de procesar los controles de antecedentes de aquéllos que adquieren armas. El presidente estadounidense quiere llevar la reforma al Congreso aunque sabe de antemano que cuenta con la oposición de los congresistas a cualquier nueva legislación sobre las armas de fuego en el país. Aunque Obama ya les ha dicho que las nuevas medidas entran dentro de su competencia legal y respetan la segunda enmienda de la Constitución del país que garantiza a todos los estadounidenses el derecho a tener armas.
La ley les respalda
Estados Unidos es uno de los pocos países del mundo donde el derecho a portar armas está protegido por la Constitución. La Segunda Enmienda reza que "siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo a poseer y portar armas no será infringido".
Muchos se escudan en ello y hacen oídos sordos a las palabras de Barack Obama o de otros colectivos pacifistas a pesar de que las noticias sobre muertes por disparos no dejan de abrir las portadas de los medios un día sí y otro también.
Puede leer el reportaje completo en al revista DIRIGENTES del mes de febrero.