La idea era muy buena: poner en marcha una bolsa de valores en la que pudieran cotizar empresas de pequeño tamaño al estilo de mercados como Alternex en Francia o AIM en Reino Unido. De esta forma, las pymes o star up podrían encontrar financiación barata y no depender de los préstamos bancarios. La primera […]
Dirigentes Digital
| 10 jun 2015
La idea era muy buena: poner en marcha una bolsa de valores en la que pudieran cotizar empresas de pequeño tamaño al estilo de mercados como Alternex en Francia o AIM en Reino Unido. De esta forma, las pymes o star up podrían encontrar financiación barata y no depender de los préstamos bancarios. La primera en lanzarse a la aventura fue Zinkia, la productora del popular dibujo animado Pocoyo, que debutaba en el MAB en julio de 2009.
En estos años, una veintena de compañías de diferentes sectores económicos han accedido a este mercado. Los nombres de Gowex, Bodaclick, Neuron Biopharma o Carbures aparecían día sí y día también en las crónicas bursátiles y en las carteras de algunos analistas. Financiación, notoriedad, valoración, liquidez… El MAB abría una nueva ventana a esas pequeñas empresas o star up que, hasta el momento, no habían tenido la oportunidad de financiarse en los mercados: según el Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), "la financiación a empresas españolas se ha reducido en un 19,53% desde que comenzó la crisis, una cifra más acusada en el caso de la construcción, que experimenta un descenso del 28,32%".
En cambio, el fiasco de Gowex empañó su reputación. Ahora, una vez pasado ese episodio, el mercado quiere atraer a nuevas compañías potenciando el salto de las pymes al MAB. Por ello, la Asociación de Empresas del Mercado Alternativo Bursátil (AEMAB) se ha reunido con representantes de la Cámara de Comercio de Madrid para concienciar de las ventajas de cotizar en este Mercado y favorecer la incorporación de pequeñas y medianas.
En este sentido, el presidente de AEMAB, Antonio Romero-Haupold, incide en la importancia que tiene este segmento del mercado como una fuente adicional de financiación, algo fundamental en un país con una excesiva dependencia de los bancos, los cuales aportan el 80% de la financiación a las pymes, frente al 40% de grandes economías, como Estados Unidos.
Según Romero-Haupold, existen otros aspectos positivos, ya que cuando una compañía entra en el Mercado Alternativo tiene una ventaja competitiva sobre el resto de pymes, pues el hecho de que una compañía cotice es garantía de mayor visibilidad, transparencia y de unas cuentas auditadas.