El mercado ha puesto contra las cuerdas a Abengoa. Los bonos de deuda de la compañía cotizan en niveles imposibles. Los grandes inversores se deshecho a toda velocidad de los activos que lleven el nombre de la compañía andaluza. El bono a seis años de Abengoa con vencimiento a 2016 ha disparado su rentabilidad al […]
Dirigentes Digital
| 22 sep 2015
El mercado ha puesto contra las cuerdas a Abengoa. Los bonos de deuda de la compañía cotizan en niveles imposibles. Los grandes inversores se deshecho a toda velocidad de los activos que lleven el nombre de la compañía andaluza. El bono a seis años de Abengoa con vencimiento a 2016 ha disparado su rentabilidad al 285,82% y los intereses en bonos hasta 2021 se han situado al 37,35%. Niveles insostenibles para cualquier compañía y que indican que los grandes inversores dan por hecho el impago de la deuda.
La máxima tensión en la deuda corporativa ha vuelto después de conocerse que uno de los bancos colocadores de la ampliación de capital de 650 millones se había retirado de la operación.
Tal como paso con Grecia en los momentos previos de ser rescatada, la rentabilidad de la deuda en el mercado se dispara cuando los tenedores venden masivamente bonos a precios muy por debajo de su valor nominal.
La situación es tan complicada que ante los exagerados intereses no hay seguro de impago, los famosos CDS (Credit Default Swaps), para cubrir el impago de la deuda. Los CDS que cotizan de manera paralela a los bonos han dejado de hacerlo al darse por seguro que los bonos a su vencimiento no serán reembolsados.
Por su parte, las acciones de la compañía vuelven a tocar mínimos históricos al sufrir caídas por encima del 6%. Ahora mismo la capitalización de la compañía se acerca de manera peligrosa al importe de la ampliación. De ejecutarse a los actuales precios supondría que los actuales accionistas deberían casi doblar su inversión para evitar un gran efecto de dilución. Una situación que provoca que la familia Benjumea debiera cubrir casi la totalidad de la operación para que su participación no baje del 57% que posee.
Ya Moody’s advirtió la semana pasada que la ampliación era clave para garantizar la liquidez de Abengoa.