Los últimos datos del Buró Nacional de Estadísticas (BNE) de China confirman que la vivienda en China continúa la senda de la recuperación iniciada desde mediados de 2015 tras las nuevas medidas de apoyo del Gobierno chino. De las 70 ciudades grandes y medidas estudiadas por el organismo en el mes de marzo, los precios […]
Dirigentes Digital
| 18 abr 2016
Los últimos datos del Buró Nacional de Estadísticas (BNE) de China confirman que la vivienda en China continúa la senda de la recuperación iniciada desde mediados de 2015 tras las nuevas medidas de apoyo del Gobierno chino. De las 70 ciudades grandes y medidas estudiadas por el organismo en el mes de marzo, los precios de las viviendas crecieron en 62 de ellas frente a las 47 registradas en febrero. Además, solo en ocho de ellas cayeron los precios frente a las 15 en las que se registraron caídas en el mes anterior.
La ciudad meridional de Shenzhen fue la que registró una subida de precios más acusada: un 62,5% interanual. Le siguen Shanghai, Nanjing y Beijing, con subidas en los precios interanuales del 30,5%, 17,8% y 17,6%, respectivamente. La ciudad que mayor caída registró en los precios, Dandong, fue únicamente de un 3,8%.
Según la agencia Xinhua, se cree que la debilidad prolongada del sector y la ralentización del crecimiento de la inversión en el mismo son los principales factores de la escasa demanda total y representan un grave riesgo para la economía china.
El mercado inmobiliario de China empezó a recuperarse en la segunda mitad de 2015 tras enfriarse durante más de un año, impulsado por las medidas de apoyo gubernamental, incluidas las reducciones de tipos de interés y unos requisitos de depósitos más bajos.
Los impuestos sobre algunas transacciones inmobiliarias se recortaron en febrero, mes en el que también se anunció que se ampliarán las reducciones de los pagos de entrada mínimos para los candidatos a adquirir primeras y segundas viviendas.
La debilidad en las ciudades menos importantes se debió principalmente a que persiste un exceso de oferta resultado de las sustanciales inversiones de los años que siguieron a la crisis financiera global de 2008.
A finales de marzo se contabilizaban en el conjunto de China alrededor de 735,2 millones de metros cuadrados de propiedades inmobiliarias construidas sin vender, una caída de unos 4,2 millones de metros cuadrados respecto a finales de febrero, según el BNE. A escala anual, no obstante, el stock seguía siendo un 13,1% más alto que en el mismo período de 2015.
China fijó la reducción del exceso de oferta de bienes inmuebles como una de las cinco prioridades del país para 2016.