Fue el segundo país de la Unión Europea en ser rescatado. Pasó de ser un modelo de país de crecimiento a ser un apestado dentro de los famosos PIGS, las siglas en inglés de Portugal, Irlanda, Grecia y España para calificar despectivamente a países europeos con problemas de endeudamiento. El pequeño estado con más de […]
Dirigentes Digital
| 17 ene 2016
Fue el segundo país de la Unión Europea en ser rescatado. Pasó de ser un modelo de país de crecimiento a ser un apestado dentro de los famosos PIGS, las siglas en inglés de Portugal, Irlanda, Grecia y España para calificar despectivamente a países europeos con problemas de endeudamiento. El pequeño estado con más de 4,5 millones de personas había pecado en algo que conoce bien España, la burbuja inmobiliaria. Bajo la premisa de que la vivienda no bajaría nunca, los precios se multiplicaron por cuatro desde 1990 a 2010 hasta que pincharon, llevándose por delante el sistema financiero irlandés, miles de puestos de trabajo, hundiendo al país en una profunda recesión y llevándolo a las puertas de un rescate de 85.000 millones de euros.
Cinco años después la economía del tigre celta ha vuelto a obrar un nuevo milagro. Irlanda ha dejado atrás el ritmo de crecimiento de la zona euro. En el tercer trimestre del año, el PIB irlandés aumentó un 1,4%, a una tasa anual del 6,8%, un ritmo solo comparable a la economía china. El país ha cerrado 2015 superando las previsiones más optimistas, acercándose al 7%. Irlanda ha puesto el turbo para alejarse de los peores años de la crisis. Bruselas prevé que sea la economía de la Unión Europea que más crezca con incrementos del PIB del 4,5% en 2016 y del 3,5% en 2017.
A Irlanda, como a España, el despegue se ha visto favorecido por unas condiciones excepcionalmente favorables. Los tipos de interés extremadamente bajos han minimizado su mayor desequilibrio, la abultada deuda, que junto al superávit que está registrando, ha facilitado que pase del 120% del PIB a finales de 2013 al actual 97%, según las previsiones de la Agencia Nacional de Gestión del Tesoro. La debilidad del euro ha ayudado a sus exportaciones, en un país especializado en ofrecer servicios al exterior y en vender productos químicos y farmacéuticos. La balanza comercial de la República de Irlanda registró en octubre un superávit de 4.428 millones, gracias al crecimiento del 29% de las exportaciones frente al aumento del 10% de las importaciones. Y la caída de los precios del petróleo ha ayudado a rebajar su factura energética.
Puede leer el reportaje completo en la revista DIRIGENTES del mes de enero