El Papa Francisco llegó a primera hora a la sede principal de la ONU y fue recibido por Ban Ki-Moon. Antes de ofrecer su primer discurso en el órgano de representación del organismo, tuvo tiempo para bendecir a los trabajadores, "a ustedes les preocupa el futuro del planeta y qué tipo de planeta vamos a dejar a las generaciones futuras. Pero hoy y todos los días yo les pediría a cada uno que cuiden al otro, que sean cercanos del otro, que esperen al otro".
El Pontífice se ha subido al estrado de la Asamblea para abrir la Cumbre del Desarrollo, con la presencia de todos líderes mundiales. Jorge Bergoglio le ha recordado cuáles son la principal responsabilidad que tienen, "deben garantizar el acceso efectivo, práctico e inmediato a una vivienda propia, un trabajo digno y una alimentación adecuada y agua potable, libertad religiosa, y libertad de espiritual y educación".
El Santo Padre ha añadido que la exclusión económica y social es una negación de la fraternidad humana y un atentado a los derechos humanos y que los más pobres son los que más sufren estos atentados, "quedan descartados por la sociedad, obligados a vivir del descarte y deben sufrir injustamente las consecuencias".
Ha tenido duras palabras para la actuación de los organismos financieros internacionales en la reciente crisis económica, "han de velar por el desarrollo de los países y la no sumisión asfixiante de los sistemas crediticios que lejos de promover el progreso someten a los poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia".
El Papa ha destacado el papel de Naciones Unidades para lograr la paz en el mundo, "la carta de Naciones Unida es la verdadera Como la norma jurídica internacional fundamental. Si se aplica como punto de referencia con transparencia, de buena fe y sin intenciones espurias se alcanza el resultado de la paz".
Francisco ha sido interrumpido en varias ocasiones por los aplausos de los dirigentes. "La guerra es la negación de todos los derechos. Si se cree en el desarrollo humano se debe seguir con la tarea interminable de impedir de la guerra entre los pueblos".
También indició en la importancia del compromiso de los Estados para luchar contra el cambio climático, "la crisis ecológica junto con la destrucción de buena parte de la biodiversidad puede poner en peligro la existencia misma de la especie humana. Las nefastas consecuencias de un irresponsable desgobierno de la economía mundial, guiado solo por la ambición del lucro y el poder debe ser un llamado a una severa reflexión sobre el hombre".