Su Santidad tiene previsto reunirse con 250 refugiados y almorzar con ellos. El Papa ha calificado la situación que viven miles de personas que intentan cruzar Grecia de "la mayor catástrofe humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial".
Con el Patriarca Ecuménico Bartolomé, líder de los cristianos ortodoxos del mundo, y el primer ministro griego, Alexis Tsipras, Francisco visitará Moria, un extenso y vallado recinto que acoge a más de 3.000 refugiados.
Antes de aterrizar en la isla de Lesbos, el Papa ha indicado que "es un viaje marcado por la tristeza, vamos a ver muchas personas que están sufriendo, que no saben a dónde ir, que tuvieron que huir.
El Papa ha solicitado permiso para trasladar en su avión hoy mismo a 10 refugiados desde el campo de detención de Moria al Vaticano. "La preocupación de las instituciones y de la gente, tanto aquí en Grecia como en otros países de Europa, es comprensible y legítima. Sin embargo, no debemos olvidar que los emigrantes, antes que números son personas, son rostros, nombres, historias", ha dicho el Papa Francisco.
Su Santidad se ha mostrado muy severo con la respuesta de los países europeos al drama humanitario que están padeciendo los refugiados, "Europa es la patria de los derechos humanos y cualquiera que ponga pie en suelo europeo debería poder experimentarlo. Así será más consciente de deberlos a su vez respetar y defender. Por desgracia, algunos, entre ellos muchos niños, no han conseguido ni siquiera llegar: han perdido la vida en el mar, víctimas de un viaje inhumano y sometidos a las vejaciones de verdugos infames".
El Sumo Pontífice se reafirmó en su "vehemente llamamiento" a la solidaridad y la humanidad frente al drama de los refugiados que, dijo, están viviendo "en unas condiciones críticas, en un clima de ansiedad y de miedo, a veces de desesperación, por las dificultades materiales y la incertidumbre del futuro".