Durante la campaña electoral, Albert Rivera incidió en que no apoyaría un gobierno "de perdedores", y que su partido estaría dispuesto a abstenerse para dejar que gobernase la lista más votada. El día después de las elecciones, el líder de Ciudadanos declaraba en una entrevista que "lo más razonable sería que Mariano Rajoy intentara formar […]
Dirigentes Digital
| 04 mar 2016
Durante la campaña electoral, Albert Rivera incidió en que no apoyaría un gobierno "de perdedores", y que su partido estaría dispuesto a abstenerse para dejar que gobernase la lista más votada. El día después de las elecciones, el líder de Ciudadanos declaraba en una entrevista que "lo más razonable sería que Mariano Rajoy intentara formar gobierno en minoría", para lo que él declaraba que se abstendrían para "empezar a rodar la pelota y la legislatura y España no fuera Grecia".
Tras las elecciones generales del pasado 20 de diciembre, la mayor apuesta de gobierno pasaba por un pacto PP-Ciudadanos, al que ambos partidos esperaban que se uniera el PSOE. El propio Rajoy declaró tras la primera reunión con Albert Rivera que habían coincidido en "muchos asuntos fundamentales" y el acuerdo entre ambas formaciones se daba casi por hecho.
Sin embargo, tras declinar Rajoy la oferta del Rey al afirmar que no contaba con los respaldos suficientes para formar Gobierno, Ciudadanos decidió buscar en el nuevo candidato a la investidura a su posible compañero de Gobierno.
Con la firma del acuerdo con el Partido Socialista, el líder de Ciudadanos cambió su discurso para acercarse al nuevo candidato a la investidura, aunque sí que es cierto que ha llamado al PP a unirse al acuerdo, ya que sin su apoyo será muy difícil llevar a cabo todas las medidas previstas.
El principal problema ahora es la negativa de unos partidos a negociar con otros. PSOE se niega a la gran coalición con el PP, por lo que Albert Rivera tiene complicado retomar negociaciones con ambos grupos. Además, a esto se unen las duras palabras del líder de Ciudadanos hacia Mariano Rajoy durante el debate de investidura, donde Rivera instó a Rajoy a dimitir y echarse a un lado. De hecho, el propio Rivera ha declarado que Rajoy "le ha retirado hasta la palabra".
Cuando PSOE y Ciudadanos firmaron su pacto de gobierno, ambos partidos declararon que se trataba de un acuerdo "sin fecha de caducidad", por lo que daban a entender que éste seguiría en marcha en caso del fracaso de Pedro Sánchez. Esto dificulta el ofrecimiento de Podemos para volver a negociar con Pedro Sánchez este mismo fin de semana, pues el partido de Pablo Iglesias se niega a entrar en un Gobierno apoyado por Ciudadanos, y viceversa. Queda por ver si el papel de Ciudadanos será unir a la gran coalición o complicar las negociaciones entre PSOE y Podemos.