Al igual que el Banco Central Europeo (BCE), el objetivo del BoJ es estimular el crecimiento y las metas de inflación. Sin embargo, los expertos advierten del peligro de una nueva fase en la ‘guerra de divisas’, que podría tener consecuencias inesperadas para los activos de riesgo. El movimiento del BoJ es el primero que […]
Dirigentes Digital
| 01 feb 2016
Al igual que el Banco Central Europeo (BCE), el objetivo del BoJ es estimular el crecimiento y las metas de inflación. Sin embargo, los expertos advierten del peligro de una nueva fase en la ‘guerra de divisas’, que podría tener consecuencias inesperadas para los activos de riesgo.
El movimiento del BoJ es el primero que se produce desde octubre de 2010, cuando organismo situó los tipos entre el 0% y el 0,1%. Una medida que, junto al programa de compra de activos lanzado en 2013, tiene el objetivo de alcanzar una inflación cercana al 2% a mediados de 2017.
La tasa negativa de interés solo se aplicará una vez que los depósitos excedan cierto nivel, con el objetivo de presionar la parte corta de la curva y, en última instancia, animar a los bancos a trasladar ese exceso de depósito a la economía real.
El viernes, los mercados de bonos y de acciones se dispararon con la noticia de los nuevos estímulos. Pero los expertos no las tienen todas consigo. "El movimiento da paso a un periodo difícil para Japón, que ha sigue viendo algunos indicadores de actividad débiles, además del impacto de la subida del yen, que disminuye la posibilidad de alcanzar el objetivo de inflación del 2%", indica Keith Wade, economista y estratega jefe de Schroders.
La divisa nipona ha sido precisamente quien se ha llevado la peor parte de la nueva política monetaria de China, con una subida en términos ponderados del 4% en el último mes. Y la decisión del BoJ ha provocado que el yen vuelva a caer.
"Así, y a pesar de la reacción del mercado, la decisión del banco de Japón incrementa el riesgo de que China tome represalias con una mayor depreciación de su moneda. Si es así, habremos entrado en una nueva fase en la guerra de divisas, un resultado que no presagia nada bueno para los activos de riesgo", explica Wade.
Del mismo modo, Kevin Adams, director de renta fija de Henderson Global Investors, se muestra prudente sobre la decisión del organismo, explicando que en su declaración, el banco no descarta una política más expansiva, incluyendo un nuevo recorte en las tasas hacia terreno negativo. "Esto desafía nuestras perspectivas anteriores, por lo que estamos dando un paso atrás sobre algunoas de nuestras posiciones a largo en yenes", indica el experto, recordando que el equipo de la fiema debe reevaluar las posturas de los bancos centrales de los mercados desarrollados.
Para Simon Ward, economista jefe de la firma, es poco probable que la medida tenga un impacto significativo en la economía. El experto considera que "probablemente también fracasará en su objetivo principal de debilitar el yen". De hecho, considera que bancos y prestamitas interpretarán la medida como una señal negativa para las perspectivas económicas, evidenciando la "desesperación" del BoJ, "provocando al final más, y no menos, aversión al riesgo".