El crecimiento de los activos bajo gestión (AUM por sus siglas en inglés) de esta industria se estancó el año pasado, mientras que los nuevos flujos netos, los ingresos y los márgenes se redujeron el ejercicio pasado ante el comportamiento general negativo y turbulento de los mercados financieros globales. En concreto, los primeros apenas repuntaron un […]
Dirigentes Digital
| 13 jul 2016
El crecimiento de los activos bajo gestión (AUM por sus siglas en inglés) de esta industria se estancó el año pasado, mientras que los nuevos flujos netos, los ingresos y los márgenes se redujeron el ejercicio pasado ante el comportamiento general negativo y turbulento de los mercados financieros globales.
En concreto, los primeros apenas repuntaron un 1%, hasta los 71,4 billones de dólares; frente a los 70,5 billones alcanzados en 2014, cuando la mejora fue del 8%. El incremento medio desde 2008 hasta entonces había sido del 5%. Por su parte, los flujos se contrajeron un 1,5%; mientras que los beneficios alcanzaron los 100.000 millones, apenas otro punto porcentual más. Finalmente, los ingresos ascendieron un 3%; mientras que los márgenes cayeron a 27,7 puntos básicos.
China, las materias primas, las dudas sobre los emergentes y la economía global en general, la incertidumbre que rodea las políticas de los bancos centrales, los tipos mínimos. Se acumulan los retos para la industria, pero The Boston Consulting Group alertan principalmente sobre la falta de avance que sufre.
"Los mercados financieros débiles y turbulentos son una realidad. Y el ejemplo más claro lo tenemos en su reciente respuesta al Brexit", apunta el socio senior de la firma Brent Beradsley. Añadiendo: "Los gestores de activos que dependen de la actuación de estos mercados para impulsar el valor de los activos están atrapados en un modelo del pasado".
Así, el estudio señala que para asegurar su prosperidad futura y ventaja competitiva se verán obligados a cambiar de estrategias basadas en productos obsoletos y desarrollar capacidades inversor disruptoras a partir del uso de datos y análisis.
Las nuevas tecnologías (robo-advisors, inteligencia artificial, procesamiento del lenguaje, razonamiento predictivo, etc.) se van sumando a las grandes gestoras, y las firmas encargadas de estos avances empezando a modelar escenarios que ponen a prueba los límites de la analítica tradicional.
"Por ello, las compañías se enfrentan a la necesidad fundamental de mejorar sus procesos de inversión con el desarrollo de capacidades avanzadas basadas en estas prácticas y tecnologías digitales", explica Hélène Donnadieu. La alternativa, alerta, "es correr el riesgo de convertirse en ‘jugadores’ irrelevantes y dejar a otros la capacidad de generar mejores retornos".
Es más, añade el informe, mantenerse al día con la competencia en este sentido es una cuestión que requerirá cambios significativos en casi todos los elementos del modelo de negocio de las gestoras. Cambios a los que deben sumarse las estipulaciones regulatorias en ascenso, siendo muchas las firmas que aún deben desarrollar un marco "verdaderamente integral" de gestión de riesgos.
El Brexit duele más a Europa que a Reino Unido
Hasta siete fondos inmobiliarios en Reino Unido, de momento, pertenecientes a Standard Life Investments, Aviva Investors, M&G, Henderson, Columbia Threadneedle, Canada Life y Abeerden, han tenido que ser congelados, en una de las primeras consecuencias del Brexit, que ha derivado también en un duro golpe para los de renta variable británica, beneficiando, por el contrario a aquellos centrados en refugios seguros.
La agencia de calificación crediticia Fitch ha observado, además, que la industria de Reino Unido ha sufrido menos (en el corto plazo) que la del resto de Europa en lo que a rendimientos respecta. Si bien, los británicos registraron en junio un comportamiento peor que su índice de referencia.
Al mismo tiempo, señala, los fondos de renta fija mostraron saldos positivos beneficiándose de la compresión de las yields y la búsqueda de seguridad.