La caída del petróleo a mínimo de cuatro años es una buena noticia para la economía, teniendo en cuenta que España es un país meramente importador de energía. Y debería serlo para los conductores. Sin embargo, el descenso de más de un 30% desde máximos de junio del Brent, el tipo de crudo referencia en Europa, no se ha trasladado con la misma velocidad a las carreteras. En el mismo periodo, la gasolina solo ha bajado de media un 7,6% y el gasóleo, un 6, según el observatorio de precios del Eurostat.
La Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), que aglutina a las principales compañías distribuidoras de combustibles del país, explican que dentro de la formación de precios de los carburantes la materia prima solo inciden en el 35% en el caso de la gasolina y del 40% en el caso del gasóleo en el precio de venta. Según la patronal, los precios se mueven menos porque aproximadamente la mitad del precio que pagan los consumidores son impuestos por lo que son costes fijos que no dependen de las gasolineras.
Además, esta semana en la que arrecían las críticas la AOP remite a su web donde con una serie de gráficos explican que la comparación entre la cotización diaria del petróleo con los precios publicados por Bruselas no es correcta, ya que se muestran con una semana de retraso. Y añaden que las compañía adquieren el petróleo en el mercado para tenerlo provisionado que explica el retraso en las bajadas, "comparando la evolución en el tiempo se observa claramente cómo los precios del surtidor sigue los movimientos del coste de aprovisionamiento".
Sin embargo, la teoría de la industria de echar la culpa a la fuerte carga impositiva queda desmontado por los datos que ofrece la Comisión Nacional del Mercado y Competencia (CNMC) al indicar que el precio medio de venta de gasolina y gasóleo está por debajo de la media de la Unión Europea, mientras el precio antes de impuestos sitúa a España como quinto país más caro de la región. Por lo tanto, en el precio final influye el coste de la materia prima o los márgenes de beneficio de las compañía es más amplio de lo que dice. Según AOP, al precio final hay que añadir los costes de almacenamiento, comercialización y los márgenes de beneficio, que influyen en el 14% del precio final del carburante.
Pero la CNMC, denunció en los últimos informes que las gasolineras aumentaban el margen provocando un efecto cohete y pluma, que ejemplifica a la perfección que cuando el precio del petróleo sube se traslada rápidamente al mercado, mientras cuando baja lo hace muy despacio. Esta teoría queda avalada también por el Ministerio de Industria en su informe de septiembre de carburantes y combustibles que recoge que la caída del petróleo hasta septiembre es del 12% y el precio de la gasolina y gasóleo en los mercados internacionales donde las gasolineras compran el combustible ya refinado es del 11% y del 6,5%, respectivamente. En el mercado mayorista los descensos se producen sincronizados.