Quédense con este concepto porque marcará los análisis políticos y económicos del gigante asiático durante la próxima década. Si Hu Jintao adoptó la doctrina de una "sociedad armoniosa", con estabilidad social como punto estratégico del programa, el presidente Xi Jinping apuesta por lo "new normal" o "nueva normalidad". Esto, para empezar, significa que jamás volverán […]
Dirigentes Digital
| 23 oct 2014
Quédense con este concepto porque marcará los análisis políticos y económicos del gigante asiático durante la próxima década. Si Hu Jintao adoptó la doctrina de una "sociedad armoniosa", con estabilidad social como punto estratégico del programa, el presidente Xi Jinping apuesta por lo "new normal" o "nueva normalidad". Esto, para empezar, significa que jamás volverán los dobles dígitos de crecimiento a la economía china. Y supone, también, caminar hacia un nuevo modelo económico con mucho más valor añadido. Lo cierto es que quienes auguraban un colapso económico, otro más, deberán esperar al siguiente trimestre. O dos. Para empezar, el objetivo oficial del gobierno sigue siendo crecer un 7,5% este 2014, lo cual acabará ocurriendo así. Maquilladas o no, Pekín reconoce que su sistema estadístico es muy mejorable, las cifras de crecimiento final casi siempre coinciden exactamente con la previsión oficial del gobierno en marzo. Manejar otras previsiones distintas, me comentaba hace tiempo un buen amigo y gestor de fondos en Hong Kong, es especular.
Este martes por la mañana, China ha publicado los datos del PIB correspondientes al tercer trimestre ante decenas de periodistas, donde también nos encontrábamos nosotros. Y Sheng Laiyun, director del departamento nacional de estadísticas, lo primero que hizo fue mostrarse satisfecho por el PIB. "Que China crezca un 7.4%, y no dobles dígitos como hasta ahora, es absolutamente normal", nos comentó. Es más, "China reducirá su crecimiento basado en inversiones improductivas y exportaciones masivas para crecer mejor", dijo este funcionario.
"El consumo privado en China representa casi la mitad del PIB", proseguía un pletórico Sheng Laiyun contestando este martes a las preguntas de los periodistas. Del borrador que ha sido entregado a DIRIGENTES se puede apreciar, claramente, un cambio de modelo. La inversión inmobiliaria, muy especulativa aquí en China, se desaceleró 1,6 puntos porcentuales durante los primeros nueve meses del año. Por el contrario, aumenta la inversión en empresas con mayor valor añadido. Y los beneficios industriales, ojo, ascendieron hasta 623 mil millones de dólares. Este dato, poniéndolo en contexto, es cinco veces más que el rescate recibido por países como España para sanear su sistema bancario. El sector servicios chino, por otra parte, ganó 1,2 puntos porcentuales y ya constituye un 46,7% del PIB. Promocionar empresas rentables, y una economía de consumo orientada al sector servicios con incrementos moderados del PIB, lo han bautizado aquí como el "new normal" o la "nueva normalidad". El PIB seguirá desacelerándose, con toda probabilidad, pero no necesariamente debemos interpretar esto como una mala noticia. "China ha creado diez millones de empleos urbanos hasta septiembre y mantiene el paro bajo control", concluía este martes un pletórico Sheng.
El shadow banking, no obstante, todavía sigue suponiendo un problema aunque hay ahorro suficiente como para descartar aquí una crisis sistémica a corto plazo. Luis Torras, socio fundador de Reliance Star Partners, lo lleva apuntando desde hace tiempo: son cuestiones sociales, como las diferencias entre ricos y pobres o la corrupción del sistema político, aquellas que pueden conducir al colapso. Pero la economía, a día de hoy y según se puede palpar en Pekín, parece estar hoy entre las últimas preocupaciones del partido comunista. Hay una reforma muy ambiciosa en marcha, que va desde privatizar empresas hasta liberalizar la cuenta de capitales, cuyo resultado futuro es ahora incierto. Pero la normalidad, o "new normal", pasa por una economía China desacelerándose como vemos.