El Fondo Monetario Internacional ha realizado un análisis de 179 países en conflicto a nivel mundial desde 1970, con el fin de cuantificar los costes de las economías en conflicto. Este estudio ha descubierto que la caída de la producción económica de Siria, Libia y Yemen excede el promedio global. Tras tres años de conflicto, […]
Dirigentes Digital
| 18 sep 2016
El Fondo Monetario Internacional ha realizado un análisis de 179 países en conflicto a nivel mundial desde 1970, con el fin de cuantificar los costes de las economías en conflicto. Este estudio ha descubierto que la caída de la producción económica de Siria, Libia y Yemen excede el promedio global.
Tras tres años de conflicto, Oriente Medio y el norte de África han sufrido una redución de su producto interior bruto de entre 6 y 15 puntos porcentuales. La media de los países sin conflicto es de entre 4 y 9 puntos de descenso en este mismo periodo.
Además del deterioro económico que sufren los paíes en conflicto, los territorios vecinos sufren los estragos monetarios de la guerra de igual manera. El problema de la migración supone un impacto desfavorable para los países en guerra. También lo es para los lugares receptores de refugiados.
Siria a migrado, desde que comenzó el conflicto, más de la mitad de la población, 6,6 millones de personas dentro del país y 5 millones a otros países vecinos. La salida de estas personas huyendo de la guerra magnifica las pérdidas económicas en los países receptores. La inmigración ha provocado un aumento de la pobreza, el desempleo y la deserción escolar. En Libano, el estudio demuestra que los inmigrantes compiten por el emple informal, lo que provoca una depresión de los salarios y presión al servicio público del país, según Reuters.
Ante esta situación, el Fondo Monetario Internacional ha establecido que lo importante y prioritario para los lugares que sufren un conflicto armado es priorizar el gasto fiscal para proteger la vida humanay las necesidades públicas. También recomienta que los Estados mantenan las insituciones que funcionen correctamente, como los Bancos Centrales, que deberían utilizar políticas monetarias y de tipos de cambio que mejorasen la confianza de sus economías.
El FMI también ha hecho una autoevaluación durante los años de estudio y deduce que debe aumentar la ayuda humanitaria en estas zonas, pero también, en los países vecinos, sobre todo a través de subsidios y préstamos.
La otra cara de la moneda
En la guerra, no todo es pobreza. Lo cierto es que unos pocos siguen beneficiándose de conflictos como el de Siria. Los enfrentamientos en Oriente Medio y las disputas entre China y algunos de sus países vecinos impulsaron las ventas de armamento a nivel mundial. En total, el mercado de defensa movió 65.000 millones de dólares el año pasado, impulsado sobre todo por Arabia Saudí.
Así lo demuestra el último informe de Comercio de Defensa Global de la consultora IHS, publicado en Dirigentes en junio, que apunta a que se trata del mayor incremento anual en la última década. Ben Moores, uno de los creadores del estudio, señaló que los países de ingresos medio, conforme ven que se incrementan su PIB, cuentan con más "recursos relativos"
El principal motor de este comercio en 2015 fue Arabia Saudí. El país incrementó su gasto en defensa un 50% en 2015 hasta alcanzar los 9.300 millones de dólares. El aumento en la compra de armamento de Arabia Saudí se inicia con la organización de la coalición de países árabes que emprendieron un ataque en Yemen para acabar con la ofensiva hutí que amenazaba al Gobierno yemení. Además, la rivalidad entre Arabia Saudí e Irán también se tradujo en un mayor gasto defensivo por parte del país, según señala Bloomberg.