Las agencias de calificación crediticia Standard & Poor’s (S&P) y Fitch lo tienen claro: el programa de Mario Draghi no "cambiará las reglas del juego para el sector financiero", en palabras de la primera. Pues, considera, que el efecto de la flexibilización cuantitativa (Quantitative Easing) en cada sistema bancario dependerá, en parte, del propio impacto […]
Dirigentes Digital
| 10 feb 2015
Las agencias de calificación crediticia Standard & Poor’s (S&P) y Fitch lo tienen claro: el programa de Mario Draghi no "cambiará las reglas del juego para el sector financiero", en palabras de la primera. Pues, considera, que el efecto de la flexibilización cuantitativa (Quantitative Easing) en cada sistema bancario dependerá, en parte, del propio impacto del mismo sobre las tendencias de crecimiento subyacente de cada país".
Según las estimaciones de S&P, que ya incluían la implementación de estas adquisiciones de activos por parte de la autoridad monetaria de la Eurozona, el apoyo de las mismas para el crecimiento será "modesto", debido "la mejora de la confianza del sector privado y la actividad, así como por el aumento de la liquidez, que debería presionar a la baja sobre los costes de financiación"
En cualquier caso, la firma considera que si el QE "ofrece en última instancia beneficios más duraderos para el sistema bancario dependerá en gran medida de si contribuye a una recuperación económica sostenible".
Por otra parte, reconoce que en aquellos lugares donde aún hay una cantidad de deuda significativa pendiente o en las que es evidente la falta de demanda de crédito "no esperamos que el QE tenga mucho efecto en la dinámica del crédito. Algunos excedentes de la liquidez barata del BCE podrían moverse a la Bolsa o el sector inmobiliario, lo que favorecerá la inflación de precios en estos mercados, que en algunas economías podrían contribuir a la acumulación de desequilibrios. De la misma forma, la búsqueda de una mayor rentabilidad podría conducir al dinero fuera de la Eurozona, a los emergentes por ejemplo".
Mientras, Fitch añade que es poco probable que el plan de Draghi se materialice en un fuerte repunte de las ganancias de los bancos o que dispare el crédito, aunque "sí reduce los riesgos bajistas de una prolongada deflación".
Para estos analistas cualquier "impacto positivo en la banca será temporal hasta que sus balances estén realmente liberados para prestar más o las reformas estructurales deriven en un crecimiento real y sostenible".
La agencia recuerda que "las perspectivas económicas aún son frágiles, por lo que la demanda de crédito va a seguir presionada a la baja, y además, los requerimientos regulatorios más estrictos hacen que el crecimiento de la cartera de préstamos de las entidades sea más difícil".