A estas alturas del año, y a pesar de las subidas de las últimas jornadas, el tradicional aguinaldo navideño con el que sueñan los inversores no ha hecho acto de presencia en el mercado. Es cierto que el Ibex encadena subidas del 4,8% en las últimas tres sesiones, apoyado de nuevo en las palabras mágicas […]
Dirigentes Digital
| 26 nov 2014
A estas alturas del año, y a pesar de las subidas de las últimas jornadas, el tradicional aguinaldo navideño con el que sueñan los inversores no ha hecho acto de presencia en el mercado. Es cierto que el Ibex encadena subidas del 4,8% en las últimas tres sesiones, apoyado de nuevo en las palabras mágicas de Mario Draghi "haremos todo lo que sea necesario". El problema es que los inversores están dando por hecho que el Banco Central Europeo (BCE) pondrá en marcha más pronto que tarde un programa de compra de deuda pública (QE) a gran escala. En eso se ha sustentado cada rebote del selectivo en los últimos tiempos. Pero la realidad es que, de momento, son solo esperanzas que deben superar muchas trabas. La primera de ellas, la oposición frontal del Bundesbank a esta medida, y que su presidente, Jens Weidmann ha vuelto a dejar clara en su reciente visita a España.
"No se puede esperar que el crecimiento venga por la compra de deuda. El BCE está estirando los límites al máximo, incluso los legales, con sus últimas medidas", aseguraba durante su discurso. Y lo cierto es que el ejemplo más cercano que ahora mismo tiene Europa al respecto no es EE UU, sino Japón, donde el banco central sí ha logrado con las inyecciones de liquidez incrementar la inflación y bajar aún más el precio del yen, pero no estimular el crecimiento, que es también el verdadero problema de Europa.
Aún así, los inversores mantienen la esperanza hasta la próxima reunión del BCE que se celebrará la próxima semana. "Los activos europeos están empezando a descontar con claridad un aumento de las compras del organismo y, como de costumbre, bancos y empresas cíclicas, como las constructoras, son los sectores más beneficiados, lo que se traduce en que el Ibex 35 lidere los avances en Europa", explica Daniel Pingarrón, analista de IG.
El experto recuerda que los mercados comenzaron a descontar los primeros movimientos del BCE tras la reunión de mayo, cuando el Ibex estaba en 10.500 puntos, "más o menos los mismos niveles que ahora". En este escenario, recuerda que pese a la gran cantidad de medidas anunciadas desde entonces (bajadas de tipos de interés, paso a negativa de la tasa de depósitos, programa TLTRO, programa de compra de cédulas hipotecarias, programa de compras de ABS, especificación de llevar el balance a niveles de 2012), estas no han sido suficientes para sacar a las Bolsas del rango lateral en el que se mueven en los últimos meses.
Pero las subidas de los últimos días podrían ser el punto de soporte para avances mayores durante el mes de diciembre. Eso sí. Todo depende de Draghi. Esta semana, Goldman Sachs daba más de un tercio de posibilidades a que el BCE emprenda un programa de relajación cuantitativa durante el primer trimestre del próximo año, que podría consistir en compras anuales de entre 400 y 500.000 millones de euros de deuda pública europea, de las cuales 63.000 millones podrían ir destinados a bonos españoles. Una gran expectativa que puede transformarse en una auténtica bomba de relojería si Draghi decepciona en su discurso de la próxima semana.