Un proceso imparable. Los esfuerzos de las autoridades chinas por la internacionalización del renminbi comienzan a dar sus frutos, y aunque aún queda mucho camino por andar, el protagonismo de China en el escenario internacional obliga al país a ser contundente en la apertura de sus mercados financieros. Según los últimos datos de SWIFT (Society […]
Dirigentes Digital
| 12 nov 2014
Un proceso imparable. Los esfuerzos de las autoridades chinas por la internacionalización del renminbi comienzan a dar sus frutos, y aunque aún queda mucho camino por andar, el protagonismo de China en el escenario internacional obliga al país a ser contundente en la apertura de sus mercados financieros.
Según los últimos datos de SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication), el renminbi ha reforzado su posición como moneda de pagos mundial, pasando a ocupar la séptima posición entre las distintas divisas del mercado. En concreto, representó el 1,72% de los pagos globales. Y aunque la cifra parezca menor, supone ya un máximo histórico que previsiblemente seguirá creciendo. Solo en el mes de septiembre, el valor de los pagos globales en esta moneda se incrementó un 13,2%, muy por encima de la media del 8,1% del resto de divisas.
El objetivo de las autoridades chinas es evidente: convertir al renminbi en divisa de reserva mundial y reducir su dependencia del dólar, que tan alta factura pasó a las arcas locales durante los primeros años de la crisis subprime. Según datos de Citi, hasta 2/3 de las reservas chinas están en dólares, en forma de deuda gubernamental e institucional. Demasiado expuesto a un mal desempeño del billete verde.
Pero la internacionalización de su moneda también servirá para diversificar y expandir la influencia geopolítica del país. Y sobre todo para forzar el camino a la necesaria liberalización de sus mercados financieros, especialmente en un momento en el que las dudas sobre el ritmo de crecimiento pesan más que nunca en el país.
Liberalización de los mercados
En el documento elaborado por SWIFT, Alex Medana, director de Mercados de Valores para Asia Pacífico de la entidad, explica que "los pagos, forex y la financiación del comercio exterior son los marcadores para ver el crecimiento en la internacionalización del renminbi". Según explican los expertos, esta divisa se utiliza principalmente como una divisa de liquidación del comercio, "pero vale la pena señalar que el está progresando como moneda de inversión". En los primeros nueve meses de 2014, el 28% de las confirmaciones de liquidación de valores en renminbi se realizaron fuera de China y Hong Kong, en comparación con 16% en el mismo período de hace dos años.
Pero sin un mercado donde poder reinvertir la divisa más allá de los mercados offshore, el proceso de internacionalización se quedará en la nada. En este sentido, y con algo de retraso, el próximo 17 de noviembre comenzará a funcionar el Shanghai/Hong Kong Stock Connect, que permitirá a las inversores chinos comprar acciones en la bolsa de Hong Kong y a los extranjeros comprar acciones A en la bolsa de Shanghai sin licencia previa de las autoridades.
El propio Comité Ejecutivo del Banco Central ya se ha pronunciado en diversas ocasiones sobre la importancia del desarrollo de los mercados financieros del país en este escenario, recordando que todos los grandes bancos estatales cotizan ya en Bolsa, el número de inversores institucionales está creciendo y el mercado se está diversificando y tiene cada vez más liquidez, lo que permitirá una mayor participación de inversores extranjeros. De hecho, este proyecto también permitirá por primera vez que los inversores minoristas y los hedge funds inviertan de forma directa en una Bolsa China.
Además, el renminbi ya puede ser utilizado por el sector empresarial, que además de acumular esa moneda mediante operaciones comerciales, también puede emitir bonos denominados en renminbis en Hong Kong (bonos dim sum) y obtener fondos en esa moneda directamente de bancos de Hong Kong. Los últimos movimientos del Banco Central chino también apuntan en esta dirección, con la firma de acuerdos de líneas swap con una treintena de organismos monetarios.