El año 2016 ha sido un año de beneficios para el sector aéreo gracias al bajo precio del combustible, con ganancias de 35.600 millones de dólares (33.900 millones de euros) según las últimas previsiones de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo. Sin embargo, desde el Centre for Aviation (CAPA) advierten en su último informe sobre […]
Dirigentes Digital
| 07 ene 2017
El año 2016 ha sido un año de beneficios para el sector aéreo gracias al bajo precio del combustible, con ganancias de 35.600 millones de dólares (33.900 millones de euros) según las últimas previsiones de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo. Sin embargo, desde el Centre for Aviation (CAPA) advierten en su último informe sobre Norteamérica que la suavidad de los precios sigue siendo una amenaza inminente “ya que cada aerolínea que opera en la región planea la expansión de la capacidad”. Esto mismo explican en el caso español a DIRIGENTES desde Iberia, quienes señalan que un menor coste en el combustible no tiene por qué traducirse en mayores beneficios puesto que muchas aerolíneas prefieren incrementar su oferta y capacidad, algo que impacta en sus ingresos. La última escalada del precio del petróleo, que ha vuelto a tocar máximos de los últimos 18 meses y ya cotiza por encima de los 56 dólares, supondrá también el fin del combustible (tan) barato, tanto para consumidores como para empresas. De hecho, y por poner un solo ejemplo, según datos de la organización GasBuddy recogidos por Bloomberg, los conductores estadounidenses pagarán 52.000 millones de dólares (49.500 millones de euros) más este 2017 por llenar los depósitos que en 2016. Y lo mismo pasará en las cuentas de resultados de las aerolíneas. Teniendo esto en cuenta, cabe esperar que 2017 sea un año de mayores costes y también de una menor oferta. De hecho, desde la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) señalaban en su último informe de diciembre que la demanda de pasajeros se verá afectada por el incremento de los precios del petróleo. En 2017 el sector registrará una caída de la demanda de ocho décimas desde el 5,9% de 2016 y señalan que la capacidad también se reducirá, desde el 6,2% en 2016 al 5,6%. La IATA ya señalaba que los beneficios del combustible barato se verían reducidos en este 2017, lo que tendría un impacto en las cifras totales del año para el sector. Sus previsiones señalan que el próximo ejercicio los beneficios caerán hasta los 29.800 millones de dólares (28.400 millones de euros), lo que supone una reducción del 16,2% respecto a 2016. Las perspectivas de la IATA para 2017 se realizaron conforme a un barril de Brent a 55 dólares. Según esta previsión, el precio del combustible de aviación subirá de 52,1 dólares el barril en 2016 hasta los 64,9 dólares en 2017. Sin embargo, esta cifra aún supone que el combustible seguirá suponiendo un porcentaje bajo de los costes totales del sector (18,7%) en comparación con el máximo que suponía en 2012-2013, del 33,2%. Todas las aerolíneas se han beneficiado en este ejercicio de ahorros significativos en la partida dedicada a los costes gracias a un combustible más barato. En los últimos resultados presentados por IAG (a 30 de septiembre de 2016), los costes de combustible ascendieron a 3.744 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que ha supuesto una caída del 18,7% en comparación con el año pasado. Lo mismo ocurrió en el caso de easyJet, quien en su último año fiscal cerró con una caída en los gastos de combustible del 7,08%. También American Airlines redujo en un 23,9% su gasto en esta partida en los nueve primeros meses del año, hasta los 3.736 millones de dólares (3.547 millones de euros), igual que Ryanair, que auguraba en su última presentación de resultados (correspondiente al primer semestre fiscal) “ahorros significativos en cuanto a combustible en la última mitad del ejercicio”.