El restaurante BumpGreen apuesta todo al verde

A esto hace referencia BumpGreen situado en el barrio de Salamanca, BumpGreen tiene, en efecto, el verde como hilo conductor. Y no sólo en el nombre, sino también en el propio espacio, pintado en este color y con detalles vegetales y, por supuesto, en su filosofía.

Y es que su esencia radica en una propuesta gastronómica "sabrosa, sana y sostenible", o lo que es igual, una cocina basada en prácticas respetuosas, elaborada con productos locales y ecológicos, pescados de descarte, frutas y verduras de temporada sin aditivos químicos.

Creado por Adriana Nicolau y Tomás Nofre i Bruneau (artífices también de Miss Sushi), este restaurante de cocina mediterránea y de mercado se enmarca dentro de la llamada filosofía slow food, un movimiento aún incipiente en nuestro país, pero con multitud de adeptos en ciudades como Londres o Nueva York.

En contraposición a la fast food, BumpGreen propone disfrutar, sin prisa pero sin pausa, de una cocina cercana, con ingredientes y recetas de toda la vida, elaboradas artesanalmente y reinventadas por sus chefs, David Ariza y Jordi Bresó.

Ambos son los artífices de una carta, rica y variada, en la que no faltan las ensaladas, los arroces, los platos del mar y también los de montaña, sin olvidar sus impresionantes licuados elaborados con agua de mar. Y, para finalizar, una extensa carta de postres de la mano de su repostero (el referido Jordi Bresó).

Entre los platos, destacan la ensalada de crucíferas o la de quinoa ecológica, la ensaladilla BumpGreen, las ostras veganas, el bocata de tortilla de patatas al horno, la hamburguesa de rabo de toro, el lingote de cordero, el tartar de salmón, el ceviche… Junto a ellos, los postres: sopa de yogur, gofre de calabaza o sorbetes artesanos veganos (de coco y lima, de manzana y apio, etc).

Además de restaurante, BumpGreen es una tienda y take away. En el mostrador de la entrada, se despachan, para tomar allí o para llevar, cafés y tés ecológicos, zumos recién hechos de frutas y hortalizas frescas, mieles y mermeladas caseras, galletas y bocadillos artesanos, croissants y panes recién hechos…

El espacio

El espacio, que pretende ser un festival para los cinco sentidos, recuerda a una lujosa casa de la campiña inglesa que, en decadencia por el paso del tiempo, ha ido siendo tomada por la naturaleza. Musgo y ramas trepan por las paredes de ladrillo visto, el lucernario y algunas de las piezas de mobiliario del local, dando lugar a una atmósfera decadente y romántica.

Muebles vintage, tejidos de Lorenzo Castillo by Gastón y Daniela y exclusivos artículos decorativos a cargo de Guille de la Hoz que contribuyen a crear un conjunto acogedor y cuidado al detalle, no sólo para comer rico y sano, sino, ante todo y sobre todo, para estar a gusto.